Eran alrededor de las ocho de la mañana, y sip, no era nada normal que yo estuviera despierta a esa hora, un domingo.
Mis dedos estaban entrelazados sobre mis muslos. Mi estómago estaba lleno de nudos, y mi mente no quería sacar el momento de ayer.
Había besado a Seth.
El viento frío de la mañana no ayudaba en nada a lo que pasaba dentro de mi cabeza. Solo esperaba que Ryan no tardara un minuto más en llegar.
Durante las mañanas el parque no estaba muy poblado, en realidad parecía un desierto, y yo parecía una loca sentada sin ninguna compañía.
Unos minutos más y mi mejor amigo por fin apareció; mi boca formó una línea recta al verlo mientras él solo sonreía.
—Así que... ¿qué pasa?—dijo Ryan—. Espero que sea algo de vida o muerte porque no soy de esas personas que se levantan los domingos con una gran sonrisa...al menos que...
—Ew—hice una mueca—. No necesitas contaminar mis oídos con eso.
— ¿Y bien? Dime cuál es la emergencia.
Ryan se sentó junto a mí. Las palabras estabas formuladas pero no encontraba una forma de decirlas.
Justo cuando mi amigo estaba a punto de volver a preguntar escupí lo ocurrido.
—Besé a Seth—confesé—. Y antes de que grites o lo que sea que quieras decirme, te llamé porque estoy confundida.
Alzó una ceja, y su boca seguía torcida en una pequeña sonrisa cómplice.
—Vale. Zoe es algo obvio, quiero decir, el motivo por el cual lo besaste es...
—No—lo silencié—. No te atrevas a decirlo. No siento nada de nada por él.
La mirada que me lanzó mi mejor amigo lo dijo todo.
¿Me gustaba Seth Taylor?
Sacudí la cabeza en negación. No. Definitivamente no era nada de amor.
—Escucha, sé que te sientes diferente ahora. ¿Has hablado con él?—negué rápidamente—Me lo imaginaba. Zoe tienes que hablar con Seth.
—Yo no puedo—respondí—. Es incómodo mirarlo siquiera. No sé qué pasó por mi cabeza...
—Él te gusta—mi boca se abrió para protestar y negarlo pero Ryan siguió—. Lo hace.
Un gran suspiro salió de mis labios. Mi cabeza era un lío, y no sabía lo que hacía mi corazón al palpitar por el recuerdo del beso.
—Habla con él ¿de acuerdo? Y si no...llámame y yo hablaré con él.
Solté una pequeña risa. Ryan me dio un pequeño abrazo.
—No le cuentas nada de esto a Hannah—le advertí por último.
*****
Tener que enfrentarme a Seth no estaba en mis planes pero Ryan tenía razón. Debía hablar sobre lo que pasó anoche.
Doblé a la izquierda; los rayos del sol eran un poco más potentes.
Finalmente llegué a casa. No sabía cuáles serían las palabras exactas que le diría al inquilino.
Antes de girar la perilla de la puerta escuché voces. Algunas risas.
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EL INQUILINO
Teen FictionSiempre consideré que tener a un completo desconocido en mi casa no sería buena idea. Y estaba en lo cierto cuando Seth Taylor apareció. Quizá convenció a todos con su arrogante sonrisa de modelo...pero a mi no. Seth esconde algo y lo voy a averigua...