MARATÓN #1
EL martes, Gulf sonrió al sentir el olor del aliento del cachorro que estaba acariciando.
-Eres tan lindo -le dijo a la diminuta pelota de pelusa. Sí, les había dicho lo mismo a los otros, pero lo decía de verdad cada vez-. Vas a ser una mascota estupenda para alguien y te querrán más de lo que puedes comprender.
Tippy lo miró fijamente a los ojos, le lamió la barbilla y aceptó cada palabra que dijo.
-Así que, ¿por qué no se consiguen a alguien que los adore como yo? -Si la reencarnación existía, exigiría ser una mascota mimada en su próxima vida. Una mascota con la que su dueño se acurrucase, a la que alimentase y a la que trasportase.
¿Quién podía pensar que ser transportado podía ser tan terrorífico y seductor a la vez? Se estremeció. Mew lo había sostenido de la misma manera que a un cachorro.
Lo había sujetado en su regazo como si no tuviera nada mejor que hacer. Y cuando lo había besado, había dejado escapar un ronco gemido de aprobación, un sonido que hizo que sus huesos se volvieran mantequilla derretida.
Cálmate, no quieres volver a excitarte ¿verdad?Devolvió el cachorro a la piscina y Tippy se retorció entre mantas y hermanos, ganándose pequeñas quejas, y luego, tras estirar las patas, se quedó dormida.
Despertándose, Blackie se levantó y se arrastró entre la pila de cuerpos buscando un nuevo lugar donde asentarse.
Es como yo, pensó Gulf. No era capaz de encajar y no paraba de dar vueltas. Ya era suficientemente malo que le pasara en el ambiente académico, el lugar al que pertenecía.
Pero ¿en Dark Haven? Todavía esperaba que alguien gritara impostor y lo arrojara por la puerta.
-Duerman bien, chiquitines.
Tras despedirse de los cachorros, se hizo un poco de té, cogió una libreta y salió al diminuto jardín trasero.
Puso la bandeja sobre la pequeña mesa de hierro forjado y se acomodó en una silla.
Cuando la brisa azotó sus holgados pantalones de seda, se alisó la túnica bordada que llevaba. Se había comprado un salwar kameez2 en la India y había descubierto que los materiales ligeros eran perfectos para estar por casa.
Después de servirse una taza de té, se recostó contra la silla para disfrutar de la belleza del jardín.
Al ver algunas malas hierbas, se puso de pie, pero luego volvió a sentarse otra vez. No, necesitaba trabajar en su investigación.
Mordisqueando la goma de borrar, reflexionó unos segundos y luego escribió sus impresiones sobre el fin de semana pasado. Cuando se le escapó la descripción física de un Amo, lo borró de inmediato. No se arriesgaría a revelar la identidad de nadie.
De hecho, no estaba muy seguro de la ética de lo que estaba haciendo. ¿Cuándo se volvía invasiva la observación? ¿Investigar las dinámicas en un partido del fútbol americano sin conseguir el consentimiento de los miles de seguidores estaba mal? ¿Y la de un aula? ¿Y si los sujetos estaban violando la ley? ¿Y si se trataba de una pandilla urbana o de un modo de vida no convencional? ¿Y si saber que les estaba observando cambiaba sus interacciones?
No tener el consentimiento de los sujetos objeto de estudio lo hacía sentir incómodo, pero parecían muy felices jugando delante de la gente, así que, ¿por qué iba a importarles?
Agitó la cabeza y se concentró. ¿La pequeña comunidad de Dark Haven podía considerarse como una familia, una tribu o una sociedad feudal?
Los miembros del club trataban a Mew más como a un miembro de la realeza que a una figura paterna.
ESTÁS LEYENDO
SI, MI SEÑOR <~ ADAPTACIÓN MEWGULF ~>
Teen FictionMaestros de la montaña. Un profesor en un club prestigioso de BDSM. Un maestro de BDSM poderoso, rico y sobre todo atractivo. Todo lo que necesitas es liberarte. El encuentro pasa de un experimento sexual y físico a un amor puro y verdadero. PRÓXIMA...