CAPITULO IX ✨

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MARATÓN #4

Gulf se despertó y bostezó. El amanecer iluminaba las cortinas, ensombreciendo su dormitorio.
Las sabanas habían creado un nido acogedor alrededor de su cuerpo desnudo. ¿Desnudo? ¿Cómo había ocurrido eso?

Mew lo había llevado a casa y luego... Alimenté a los cachorros. No, había alimentado a uno solamente.

Frunció el ceño cuando inhaló la fragancia de sándalo del baúl que había a los pies de la cama, una nota de champú del baño y... el exótico aftershave con una nota de almizcle de Mew.

Se mordió el labio al recordar la noche pasada en el club. Quítate la ropa interior. Dímelo. Túmbate. Le había permitido ordenarle lo que tenía que hacer, como si no fuera capaz de pensar por él mismo.

Lo había tocado como Mew quería y lo había hecho correrse. ¿En qué clase de persona débil lo estaba convirtiendo?

Este no yo soy... O tal vez sí lo fuera. Cada noche había sido más fácil confiar en Mew y dejarle tomar las riendas. Y cuando lo hacía, tenía la sensación de que su cuerpo estaba vivo, un cuerpo que le gustaba.

Por otro lado, cuando había tenido puesto ese vibrador, su mundo entero había parecido hacerse añicos, dejándola solo y perdido. Temblando.

-Estás despierto -dijo entonces una voz lenta y profunda.

Gulf se sentó rápidamente con un grito entrecortado. Mew estaba estirado encima de las sabanas.

-¡Malum! ¿Qué estás haciendo aquí?

-No es tan malo, mascota. -Lanzando un sonido que sonó a queja, dobló el brazo sobre el colchón y apoyó la cabeza sobre la mano-. Apenas estabas consciente y me preocupaste.

-Aunque no se había desnudado. Una sombra de barba oscurecía su mandíbula, y la débil luz hacía que sus rasgos fueran aún más severos. Sin embargo, cuando le rodeó la muñeca con los dedos, la tibieza de su palma y el cuidadoso poder que ejercía le resultaron inquietantemente alentadores-. Lo que hicimos en el club no debería haberte afectado tanto.

Se había quedado.

-Mi problema era sólo la falta del sueño. Tengo un amigo que necesitaba un hombro sobre el que llorar hace dos noches, y los cachorros se despiertan temprano. -Hablando de despertar, recordaba vagamente que Mew lo había despertado y hecho preguntas durante la noche, asegurándose de que estuviera bien.

¿Ése era parte de su atractivo? ¿Que su sentido de la responsabilidad y cuidado, igualaban los aspectos más oscuros de control y orden?-. De todos modos, gracias.

Nunca había soñado que terminaría con el Amo Mew en su cama.

Como si hubiera escuchado las preocupaciones de Gulf, la abierta sonrisa del Dom contrastó con su piel bronceada.

-Relájate, Gatito. No saltaré sobre ti.

¿Y atarme y hacer cosas horribles... y perversas conmigo? Tragó saliva a pesar de tener la boca seca.

-Bien, eso es alentador. -Los ojos de Mew se entrecerraron y lo tumbó junto a Mew. Apoyándose sobre un codo, lo estudió mientras deslizaba los dedos a lo largo de su mandíbula. Su tacto parecía estar evaluando las reacciones de Gulf-. Y podría quedarme.
Déjalo decidir.

-¿Quieres que me quede, Gulf?

-¿Por qué me preguntas siempre? Pensaba que eras el que tenía que estar a cargo de todo.
Una sonrisa levantó los labios de Mew.

SI, MI SEÑOR <~ ADAPTACIÓN MEWGULF ~>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora