CAPITULO IV ✨

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La segunda noche en Dark Haven fue mucho más llevadera. Gulf disfrutó de su tiempo en la recepción verificando tarjetas de miembros, respondiendo a preguntas y dando formularios de admisión. ¿Quién podía imaginar que un lugar tan depravado como aquél pudiera ser tan popular?

En el momento en que tenía algunos minutos de tranquilidad, rellenaba la lista de límites que Mew le había dado. Relaciones sexuales anales, azotainas duras, azotainas suaves.

Asfixia, ¿eso era de verdad? Bofetadas, inyecciones, piercings, momificación... Cada actividad tenía una casilla de verificación al lado para el «no», indicando que no lo permitiría de ningún modo.

¿Por qué no tenía una lista como la que había visto en Internet en la que tenían la opción de «quizás»? O, en su caso, una alternativa que dijera: podría ser voluntario después de mucha discusión, tiempo y algunas copas. Frunció el ceño hacia el papel.

Si decía a todo que «no», Mew podría darle una patada y echarlo del club por farsante.

Al final marcó solamente las actividades que lo harían salir corriendo y gritando en busca de la policía. Asfixia. Por nada del mundo permitiría algo así. Y seguramente un hombre listo marcaría el «no», en algo llamado «negación al orgasmo». ¡Qué concepto tan horrible!

Tras el traumático cuestionario, se dedicó con alivio a archivar los formularios de admisión y organizar el escritorio.

Etiquetó una bandeja de papel con las palabras: MI SEÑOR, para poner los mensajes de Mew. ¿Por qué le llamarían así? Aunque lo cierto es que le quedaba bien. Su seguridad en sí mismo era tan natural en él, que parecía haber nacido para mandar.

Mientras las personas iban y venían, se dedicó a su investigación utilizando su propio código, una versión del latín.

Había planeado comparar la red social con una tribu o una familia, pero seguían apareciendo relaciones más complejas.

Como el tipo bisexual que le dijo que era sumiso con un Dom, pero que dominaba mujeres cuando visitaba el club. Y le había sonreído.

¿Cuál era la respuesta correcta para esa clase de coqueteo?

Una ráfaga de actividad en la puerta captó su atención. Fichó a una pareja de mujeres y luego a un hombre que sujetaba a un sumiso con una correa.
Un minuto después entró un pequeño hombre castaño que debía rondar por los mismos años que el tenia, seguido por Ohm.

-Gulf, veo que has vuelto para otra noche. -Ohm sonrió-. Excelente.

¿Por qué tenía aquel hombre que ser tan apuesto?

-Este es mi esposo. -Ohm rodeó los hombros del chico con un brazo-. Fluke, éste es Gulf. Es el nuevo recepcionista de Mew y espero que dure más que la anterior.

Gulf le tendió la mano.

-Hola, Gulf. ¿Ya te ha aterrorizado Mew?

-No... Totalmente. -Por así decirlo. Sólo para asegurarse, Gulf echó un vistazo rápido hacia la puerta que conducía al club para comprobar que él no estuviera allí.

-Un poco sí, ¿eh? -La abierta sonrisa de Ohm hizo que su rostro resultara aún más devastador-. Tu tiempo como recepcionista terminará en unos minutos. ¿Te ha mostrado First todo esto?

-No. Está dando clases en Maine durante el verano. -Gracias a Dios.

-Entonces, reúnete con nosotros cuando termines y te ayudaré a encontrar a alguien agradable con quien jugar.

¿Alguien con quien jugar? Su aliento se entrecortó como si le hubieran dado un golpe en costillas. Para cuando terminó de toser, la pareja ya había entrado al club.

SI, MI SEÑOR <~ ADAPTACIÓN MEWGULF ~>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora