CAPITULO XVIII✨

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MARATÓN #3

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Tratando de no parecer asombrado, Gulf se detuvo en la recepción del vestíbulo del edificio donde estaba situada la oficina de Mew.

Con el teléfono al oído, la recepcionista le sonrió e hizo un gesto con la mano indicándole que esperase.

No es problema. Gulf giró en un círculos para admirar el vestíbulo de dos alturas. En vez de un típico diseño ultra moderno, la estancia contaba con grandes macetas que aprovechaban la luz que llegaba desde la gran pared de cristal de la fachada.

El mostrador de recepción estaba formado por una enorme y elegante curva de madera oscura del mismo color que la barandilla que circundaba la planta superior.

La fragancia de pasteles y café que lo inundaba todo llegaba desde una tienda de café exprés que había a un lado.

-¿Puedo ayudarle? -le preguntó la recepcionista al tiempo que colgaba el teléfono.

-Estoy aquí para ver al señor Mew. ¿Podría decirme cuál es su oficina?

-¿Tiene una cita? -La mujer, unos años mayor que él, llevaba un traje rojo oscuro y el pelo y su maquillaje eran impecables.

-No. No exactamente.

La mujer frunció el ceño al fijarse en los vaqueros y la sudadera verde de Gulf.

-Joven, si quiere llenar una solicitud de empleo, tiene que ir a la oficina número cien, en esa dirección. -Le señaló una estancia con paredes de cristal que estaba al otro lado del amplio vestíbulo-. Diríjase allí y alguien lo ayudará.

-Gracias, pero no estoy buscando trabajo. Vengo a buscar a Mew.

Baja y con unos kilos de más, la mujer le recordó a Gulf a un terco bulldog.

-El señor... Mew S no...

-Lo siento, no quiero causarle problemas, pero le aseguro que me está esperando. Por favor, hágale saber que Gulf Kanawut está aquí.
Su terquedad finalmente ganó.

-Por supuesto, joven. Si toma asiento, llamaré a su secretaria.

Cuando Gulf se acomodó en una silla cubierta de cojines en la preciosa zona de espera, frunció el ceño. ¿Para qué necesitaría una secretaria y una oficina en un edificio tan elegante el propietario de un club de BDSM?

Luego recordó la mansión en la que vivía y llegó a la conclusión de que el club debía generar unos ingresos considerables. Aunque también cabía la posibilidad de que tuviera otra empresa.

Mew debería haber avisado a alguien de que iría a recogerlo. Así no hubiera tenido que luchar con bulldogs territoriales.

Al coger una revista, echó un vistazo a la recepción y vio que la mujer había llamado a un guardia de seguridad. Por el amor de Dios.

-Dice que viene a ver al señor Suppasit-oyó que decía la recepcionista Bulldog en voz baja.
Gulf hojeó la revista antes de que el guardia se girara y lanzara una carcajada.

-Desde luego no se parece en nada a sus amiguitos habituales.

-Exactamente. Voy a llamar a su secretaria. ¿Puedes mostrarle la salida cuando me diga que nunca ha oído hablar de él? -Se escucharon varios clics, indicando que estaba llamando-. Sí, señora Benton, tengo aquí a un tal Gulf que supuestamente viene a buscar al señor... ¿perdone? ¿Que lo envíe arriba si no es molestia? -gruñó el bulldog.

SI, MI SEÑOR <~ ADAPTACIÓN MEWGULF ~>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora