CAPITULO XXIII✨

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MARATÓN #2

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EL martes por la tarde Gulf abrazó a su madre y a Grace cuando llegaron a la casa de Mew.

-¡Qué sitio tan increíble! -Exclamó su madre, girando en círculos-. Adoro la sillería y el trabajo en piedra por todos lados.

-Es bonito, ¿verdad? Grace, los cachorros están fuera. -Inquieto por tener a su familia en la casa de Mew, Gulf las condujo al patio trasero.

-Hey, puedes ver desde aquí a toda la cuidad. -Grace disminuyó la velocidad lo suficiente para mirar la bahía antes de correr hacia los cachorros.

-La vista es espectacular por la noche. -Gulf siguió a su hermana hacia la pequeña perrera que Mew había ubicado en un rincón. A los cachorros les gustaba estar fuera cuando el clima era bueno.

La niebla se había aclarado y la luz del sol brillaba. El olor de las rosas se mezclaba con la humedad del aire y llenó a Gulf de energía. O tal vez fuera la manera en que Mew lo había despertado esa mañana, con tiernos besos y un sexo lento.

Le había dicho que el sexo duro era para otros momentos y lugares, y que las mañanas estaban hechas para amarse. Por supuesto, no lo dejó dormir después. Puede que el sexo hubiera sido lento, pero no estuvo exento de determinación.

Y acurrucarse en las sábanas tampoco habría funcionado. Un escalofrío se propagó a través de él al recordar su agarre firme cuando lo había esposado las muñecas en la cabecera. Ahora sabía por qué le había hecho ponerse las esposas para dormir.

Cuando le pidió que lo dejara, Mew había alzado la barbilla y lo había mirado fijamente a los ojos mientras seguía embistiéndolo.

Sonriendo, había murmurado que si alguna vez no lo encontraba excitado, entonces lo dejaría dormir. Y teniendo en cuenta que se humedecía apenas oía el sonido de su voz, tenía el presentimiento de que las mañanas sin sexo eran cosa del pasado.

-Este lugar es asombroso. No sabía que un profesor pudiera ganar tanto dinero -comentó su madre.

Gulf hizo una mueca de dolor. Hoy, o pronto, tenía que decirle a su madre que él y First se habían separado. Y que la casa pertenecía a Mew.

Gracias a Dios, Mew no había llegado a casa todavía.

Su madre escogió un lugar en el patio y cogió a un feliz cachorro de la piscina. El pequeño perro se movió y la lamió para expresar su deleite, y ella sonrió antes de mirar a Gulf.

-Tu relación con First debe ir bien, si él deja que los cachorros se queden en su casa. ¿O estás viviendo aquí?

-Eh...

-Gulf vive aquí, pero no con First.

Gulf se giró.

Mew estaba en la entrada. Se había quitado el abrigo y aflojado la corbata para ponerse cómodo antes de salir al patio.

-Tú debes ser la madre de Gulf. -Se inclinó para darle la mano-. Mew Suppasit.

Incluso su madre cayó rendida ante aquella devastadora sonrisa.

-Samanta Melanie. -Sonrió encantada.

-¿De Suppasit Industries? -preguntó Grace. Cuando Mew asintió con la cabeza, ella le dedicó una amplia sonrisa-. Invertí en tu compañía en mi clase de economía. Me hiciste ganar mucho dinero falso.

Gulf se rió.

-Me alegra escucharlo.

Samantha miró a Gulf con un brillo en los ojos que exigía una explicación.

SI, MI SEÑOR <~ ADAPTACIÓN MEWGULF ~>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora