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Kaido

El día está soleado, como casi siempre, los días así me generan una sensación tranquila, lo único raro es que en camino no me tope ni con Nendo ni con Saiki, es raro ya que siempre me voy con ellos.

En fin, no es como si fuera el fin del mundo, deben de tener sus razones, los entiendo.

Decidí sacar mi celular para ver la hora y -¡AAAGHHH voy tarde!- grite, para que en menos de un segundo, saliera corriendo lo más rápido que pudiese para poder llegar a tiempo a clases o al menos eso quería pensar.

Se valora el intento.

Al abrir la puerta de nuestro salón, lo primero que vi fue a Saiki sentando y a Nendo siendo molesto al rededor de él ¡JA! Nendo no entiende que a Saiki no le interesa escuchar sus historias estúpidas sobre lo que sea que haya hecho en su día, en cambio, las mías son sobre mis aventuras como "Alas sombrías" dime algo más genial que eso.

Hablando de ello, para mi siguiente misión necesito que Saiki me acompañe, no por que yo sea débil, no no no, por que necesito que alguien cargue mis armas mientras caminos hacia la batalla.

-¡Hey Saiki!- lo llame igual que siempre -Tengo una misión secreta, necesito que tú me acompañes- Dije mientras me le acercaba a su oído susurrándole, ya que ningún otro mortal podía saber de ello.

-Oye chibi ¿tu misión secreta es hacer otra base?- Hablo de la nada Nendo, metiéndose en una conversación que no se trataba de él mientras me señalaba con su dedo burlándose de mí.

Maldito, no tiene idea de lo que le puede pasar si me quitó mis vendas y lo ataco con mis poderes.
-Nendo, ¡esto no es de tu incumbencia!- le grite molesto mientras lo veía a los ojos.

Sin darme cuenta empezamos a pelear y cuando volví a ver si Saiki iba a aceptar mi oferta ya no estaba en su pupitre.

-¡Mira lo que hiciste Nendo! hiciste que Saiki se fuera- Termine gritándole, me molesta el hecho de que Nendo siempre arruine mis planes.

Nendo me volvió a ver con una sonrisa burlona y por qué no, con una cara de estúpido, lo cual no me traía una buena sensación y tenía razón de ello.

-Chibi chibi chibi- decía rápidamente mientras intentaba no reír -Saiki no iba a aceptar de igual manera- Dijo finalmente, mirándome con lastima.

Nendo me cae bien, puedo decir que es mi amigo,
pero aveces cuando se pone "serio" no se da cuenta que dice cosas muy hirientes, ¡pero a quien le importa eso! lo que más me molesta es que deje que sus palabras me afecten, viniendo de Nendo.

-Pero a mi si me interesa conocer a esa organización, ¡suena muy genial aun que venga de ti!- olvídenlo, es Nendo.

Decidí ignorarlo y sentarme en mi pupitre, ni siquiera noté cuando Saiki volvió a entrar al aula o en general lo qué pasó el resto de las clases.

Lo admito, mi humor había bajado, últimamente mi humor bajaba muy seguido y no entiendo porque sucede, tampoco es como que tenga tiempo para averiguarlo, no lo sé, quizá sea porque mi casa no está de la mejor manera últimamente o quizá soy un sensible.

Quería seguir hundiéndome en mi miseria pero una figura empezó a tapar la luz que me pegaba en la cara, ¡agh genial! ¿Es que acaso nadie nota cuando alguien no quiere hacer nada? -¿Que quieres?- Dije con molestia, no tenia ánimos de ser genial o amable.

-Kaido Kun, venía a buscarte ya que vamos a ir con Nendo, Saiki, Kokomi y claramente yo, por ramen- Era Yumehara evitando mi mirada, mientras se agarraba las manos nerviosa, sinceramente no entiendo porque ella se comporta así conmigo cada vez que me ve, aún que, tampoco tengo ganas de entenderle.

Amore mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora