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Aren

Segundos después del beso que Shun me había dado, mis ojos hicieron contacto con los de Yumehara, esta me veía con una cara de que podría matarme en cualquier momento.

Y entiendo perfectamente porqué me ve de esa manera, yo sé que a ella le gusta Kaido, bueno no lo confirmó pero si se que le atrae de cierto modo.

De mi parte yo había rechazo unas invitaciones de Shun por el siempre echo de que iba ella. Era algo muy privado de ellos dos y tenía que respetarlo.

Lamentablemente para su caso Shun la rechazo sin darse cuenta, pero me percaté que el no siente nada mas que amistad por ella ya que cada que finalizaba una salida él llegaba inmediatamente a mi casa a quejarse de por qué no había ido.

Lo siento por Yumehara pero no puedo obligar a mi amigo a quererla, las cosas se hacen sin forzarse y sin planearse, simplemente suceden, simplemente conectan y aun que sea difícil, si ese no es su caso, no se puede hacer nada más que respetarlo.

-Shun ¿como te sientes?- Shun no quiso soltarse de mi en ningún momento, así que me toco cargarlo hasta el sillón del Karaoke que estaba un poco vacío por suerte.

Al llegar lo senté suavemente y este ni siquiera se esforzó en abrir los ojos, lucia un poco cansado, así que si se dormía enserio le pediré a Teruhashi una habitación para que pueda dormir tranquilo.

Al girarme sentí como la manga de mi camisa fue jalada con fuerza, haciendo que cayera encima de Shun un poco -muy- cerca.

-Sientate a mi lado, quiero descansar un poco, del uno al diez estoy borracho un 5, puedes estar tranquilo -Tenia una sonrisa, la cara roja y los ojos muy brillosos, sin hablar del fuerte olor a alcohol que poseía su ropa.

-Bien- respondí para finalmente sentarme a su lado a lo que de inmediato recostó su carita en mi hombro y cerró sus ojos.

Al cabo de 10 minutos Hairo volvió a entrar a la casa en compañía de Nendo.

-Oh- al mover su cabeza notó mi presencia nuevamente en el Karaoke -¿no me digas que quieres otra ronda?- dijo con una sonrisa mientras se recostaba a la mesa que estaba detrás de él, Nendo solo observa en silencio con una bolsa de papas entre sus manos.

-No lo creo, cantar no es lo mío- respondí con una sonrisa.

-¿Entonces qué haces ahí? Un hombre tiene que cumplir con su deber sea el que sea y donde sea que haya decido estar- Respondió riendo fuertemente, como es común de él y sin dejar pasar la oportunidad para darme una lección de vida.

-Estoy cuidando de Shun- Contesté señalando con mi dedo el cuerpo del mencionado, que aún se mantenía en silencio.

Los ojos de Hairo inmediatamente inspeccionaron el estado en el que se encuentra Shun, sin dejar pasar ningún detalle.

-Aveces Kaido Kun es como un niño ¿no lo crees?- Volvió su mirada a la mía nuevamente, meneando lentamente su lata de refresco.

-Lo es, pero no me molesta, mientras él sea feliz yo también lo seré- respondí y sin darme cuenta no pude quitar mis ojos de su cabello mientras decía esa frase.

Agh mierda, eso había sido raro, no me molesta pensar o decir esas cosas de Shun pues son la verdad, pero en estos momentos acaba de ser raro por la mirada que Hairo y Nendo me acaban de dedicar.

Amore mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora