Capítulo 15.

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Presente. 

Un tiempo no demasiado largo transcurrió desde esa pequeña charla que implicaba la paz entre Yomi y Akashi. Había sido un tiempo aparentemente tranquilo, con los dos dedicándose de lleno a sus cosas y por supuesto también a Shizuko, quien se veía más alegre desde que podía ver a sus padres interactuando más seguido y en un tono no conflictivo. Akashi había cumplido con ocuparse por sí mismo de recoger y entregar a Shizuko hacia Yomi siempre que le era factible, mientras que Yomi había cumplido con no volver a recoger tarde a la niña.

Sin embargo, puede que esta fuese la calma antes de una gran tormenta, o al menos eso temía Akashi. ¿Por qué?... porque cada vez que veía a Yomi y luego debía regresar a su vida ya habitual sentía una aguja clavándose más y más profundo en su pecho, haciéndolo sentirse miserable, pésimo. Pese a eso, procuraba continuar dando lo mejor de sí en sus responsabilidades y con Natsumi. No existía otro camino para él, ya estaba determinado, solo tenía que acostumbrarse, un día necesitaba lograrlo. 

Yomi trataba de ya no pensar en la boda. Cada que el tema salía un desánimo que no lograba controlar se apoderaba de ella, así que había estado tratando de distraerse más, trabajando duro, puliendo sus habilidades de danza y compartiendo con distintos amigos en períodos libres.

... Para ambos, Yomi y Seijuurou, mantener las conversaciones más cortas era sinonimo de nostalgia y estremecimientos, a un extremo que era ridículo.

Un día Miércoles, Akashi Seijuurou llegó a estacionar su lujoso auto en frente de la cafetería donde Yomi trabajaba. Había un tema que requería de tratar con ella urgentemente y a eso se debía la molestia. Shizuko se hallaba en la escuela a esa hora.

Cuando bajó, notó que varias personas estaban mirando sin ningún disimulo la majestuosidad de su vehículo, pero él los ignoró y se dirigió con pasos pesados hacia el interior de la bonita cafetería. Su corazón estaba acelerándose como siempre. Apenas cruzó la puerta, una chica de aspecto agradable, con el uniforme del lugar, lo abordó.

-Buenas tardes, ¿desea una mesa?- Le preguntó.

Akashi la miró un poco aturdido. Nunca había estado ahí antes, solo sabía la dirección de este sitio porque Yomi se la había dado en caso de alguna emergencia con Shizuko.

La chica le estaba mirando con ojos brillantes y una sonrisa demasiado grande. Es que Seijuurou se veía injustamente guapo con esos pantalones simples de mezclilla y esa camisa blanca, cuyas mangas estaban arremangadas y sus primeros botones abiertos.

Como un príncipe.

-Buenas tardes- Comenzó a contestar él, con su acostumbrada educación-No, quisiera...

Su lengua se trabó en cuanto casualmente miró hacia su derecha e identificó a la persona que estaba buscando. Yomi Fujiwara, vestida igual con ese uniforme que le sentaba tan bien y su lindo cabello suelto, iba acercándose hacia la puerta de salida acompañada de cierta persona.

De Haizaki Shogo.

Los orbes de Akashi se agrandaron y la joven que le había recibido le observó confundida. Yomi venía compartiendo una risa con Haizaki, quien la abrazaba desde la cintura, y ella lo permitía de buena gana según se veia, no reparando en la presencia de Seijuurou hasta que prácticamente chocó con él, ya que se atravesaba en su camino a la puerta. Sus ojos se colocaron en el pelirrojo y toda su cara se transformó en un signo de interrogación.

Akashi no se mantuvo mucho rato clavado en Yomi, ya que con un desprecio absoluto, no pudo evitar fulminar a Haizaki con sus orbes. El peli negro arrugó su entrecejo y apretó los puños.

Happy (Akashi Seijuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora