Capítulo 17.

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Seijuurou no quería que su padre estuviese allí. Pensó que se encontraría distraído interactuando con otros negociantes para este momento. Su cuerpo adquirió pura tensión ante la presencia del hombre.

No quería que su padre le hablase a Yomi. Natsumi arrugó el entrecejo, captando el cambio en la estampa de Seijuurou.

Yomi miró a Masaomi con un desprecio que no le tapó ni siquiera su sonrisa. Ryouta apretó sus dientes, sabía de todos los problemas que su mejor amiga había tenido con ese señor.

Masaomi Akashi era un hombre que rozaba los sesenta años. De estatura alta y contextura delgada, atlética, pues aún ahora solía realizar ejercicios. Tenía el cabello corto completamente canoso, al igual que su barba. En su juventud lo había tenido negro, Seijuurou había sacado su cabellera roja por parte de su mamá, Shiori. Los ojos de Masaomi eran marrones y poseían una naturaleza desdeñosa, analizadora, fría y... muerta. Los ojos de Akashi se iban pareciendo más a los de él en ese último aspecto, a medida que avanzaba el tiempo.

Iban perdiendo vida.

Lo cierto es que Masaomi era intimidante a primera, segunda y tercera vista. Una figura implacable, eso era Masaomi Akashi.

La castaña lo contempló de arriba hacia abajo y de vuelta. Su aspecto era igual de impecable y pulcro como lo recordaba. 

-Padre- Nombró el pelirrojo. El aludido no lo miró.

-... Señor- Dijo Yomi con una cuota de sarcasmo, sonriendo medio desafiante.

Esto a Seijuurou lo puso de los nervios. 

-... Qué alegría que mi hijo al final esté tomando el camino por el que siempre quise llevarle. El camino correcto- Continuó Masaomi, siguiendo su propia línea.

Yomi ladeó la cabeza y retrocedió un paso, tomando un tono defensivo.

-Sí, ¿no?... qué suerte que vuelva a la correa de papi- Liberó.

Natsumi demostró contrariedad ante lo dicho, a la vez que Seijuurou era atacado por una mezcla entre molestia y verguenza. Desconocía si aquello era más por las palabras de Yomi... o por las de su papá.

Masaomi rió de forma siniestra.

-Te expresas con la misma vulgaridad de siempre. Es penoso- Contestó a la muchacha.

-Padre, ¿por qué no mejor vuelves a la fiesta?, Yomi se llevará a Shizuko... y se irá- Dijo Seijuurou, perdiendo la calma, casi suplicando.

No quería escuchar que su padre le decía esas cosas a la castaña. Es que, no, no le gustaba escuchar eso. Yomi lo miró de reojo y Masaomi lo volvió a ignorar. 

-Ojalá se pudiera ir para siempre- Remarcó el último.

Yomi carcajeó con malicia.

-No siempre obtenemos lo que queremos- Se burló, encogiéndose de hombros.

Ryouta la abrazó con más fuerza, percibiendo la tensión en aumento de Yomi. La sonrisa de Masaomi la estaba irritando, porque era tan triunfal y desaparecía.

-Precisamente. También es una frase que aplica para ti. Has sido muy astuta, ya que desafortunadamente te convertiste en madre de la hija de Seijuurou y con eso te has asegurado de colgarte eternamente de nuestro nombre. Sin embargo, nunca serás capaz de unirte realmente a esta familia por más que lo intentes- Declaró Masaomi-Nunca obtendrás ese honor.

-Padre- Insistió Akashi Seijuurou, su corazón acelerándose.

-... ¿Qué le hace pensar que lo estoy intentando?- Replicó Yomi. Su consciencia le decía que era mas conveniente si se rehusaba completamente a hablar con ese señor, quien era como una verdadera serpiente y solo buscaba rebajarla, lo que no le haría nada bien en su actual estado, pero no quería quedarse callada y permitir que esta humillación fuese absoluta.

Happy (Akashi Seijuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora