El sol se ocultaba entre los edificios mientras dejaba la fría brisa en su camino. Midoriya Izuku, cerró su tienda rápidamente y fue con prisa para alcanzar el bus.
Mientras corría, sus ojos se enfocaban en las decoraciones que iluminaban las tiendas. Era noviembre y ya empezaban a poner cosas de Navidad. En su tiempo hubiera disfrutado las escenas, pero desde la muerte de su madre ahora sus ojos estaban apagados. Lo único que le reconfortaba eran las hermosas flores de su tienda.
Suspiró, y abrió la aplicación para citas de su teléfono. Su celo estaba para llegarle y necesitaba a un alfa para pasar la noche con él porque su celo se volvió inestable en el paso del tiempo y al tomar pastillas le generan efectos secundarios fuertes.
- Prefiero tener una noche caliente con un alfa a tomar pastillas- susurró el omega orgulloso de si mismo.
Le envío la dirección de un Love hotel cercano a su apartamento a un chico que le llamó la atención, especialmente su cuerpo.
Llevaba una semana hablando con Dabi, era el chico con quién se iba a acostar y por su formar de expresarse le brindó confianza, pero para que mentir, seguía pensando que su cuerpo en las fotos era genial.
Llegó al hotel y el recepcionista lo atendió.
- Buenas noches, ¿en que le puedo ayudar?- dijo el hombre de mediana edad con una sonrisa más falsa que la peluca marrón que llevaba puesta.
Midoriya le devolvió la sonrisa de la misma forma.
- Lo de siempre. Tengo una reserva en mi nombre.
-Ahora te lo reviso-dijo el señor mientras lo comprobaba en su ordenador y al instante le confirmó mientras le daba la llave.
-Habitación 134. Que pase una buena noche.
El peliverde asintió con la cabeza y subió a la habitación, mientras le enviaba el número a su acompañante por mensaje.
Al entrar no le sorprendió nada del que veía en el cuarto, ya había entrado más de una vez allí y nada era diferente.
Se duchó y esperó a su compañero en la cama con calma.
Tok tok
Izuku sonrió mientras se levantaba de su cama y abría la puerta.
-Buenas noches- le dijo a Dabi.
Ambos sonrieron, su objetivo era el mismo y eso era pasar una buena noche.
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No muy lejos de allí, estaba cierto rubio preparándose junto a sus compañeros para llevar a cabo la emboscada de uno de los traficantes de drogas de la ciudad. Llevaba un tiempo escondido y por fin mostró su rostro.
Les habían informado que lo habían visto entrar en un hotel. Así que ahora iban en camino hacia allí.
-Como una rata en busca de comida, si te pillo, ya verás-dijo Bakugo Katsuki tronando sus dedos- haré que nadie más pueda reconocerte.
Sus compañeros, que estaban en el coche, sudaban y agradecían de no tener al rubio como su enemigo.
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- S-sigue a-así- Jadeaba el peliverde mientras era embestido boca arriba por el pelinegro- m-más rápido!
Dabi acataba sus demandas, era la mejor elección que había hecho. El chico superaba sus expectativas y Midoriya eso le gustó. El chico sabía cómo hacerle sentir bien, aunque era rudo.
El pelinegro se rió de él, mientras paraba.
- Y pensar que en tú apariencia inocente se esconde un tipo lacívo.
Midoriya gimió irritado.
-D-deja de hablar y sigue- Dijo algo molesto.
Dabi volvió a reír.
- tengo algo que te hará sentir mejor...Midoriya apenas escuchó lo que dijo debió a que estaba cegado por el placer que recibía.
El pelinegro se inclinó hacia su oscuro pantalón, que lo había dejado caer al suelo, y buscó en su bolsillo el paquete de plástico donde guardaba su tesoro.
-Toma- le dió una pastilla LSD azul al más joven, mientras se tomaba él una- con esto tocaras el cielo.
Midoriya dejó lo que hacía y se dio cuenta del que pasaba. Anteriormente también se había encontrado una situación similar con otro chico que le intentaba obligar a tomar drogas.
Pero ahora sabía cómo manejar este tipo de cosas sin lastimarse.Se sentó a sobre de él.
- Dabi- le susurró en su oído mientras ponía sus brazos en su cuello- no hace falta tomar una pastilla para tocar el cielo- movió sus caderas a sobre de su virilidad para provocarle y hacerle gemir- si ahora con tu gran miembro estoy llegando al paraíso, así que continua y hazlo rudo.
El mayor no pudo soportar la provocación y penetró al joven con fuerza.
-Tu si sabes cómo provocar, mocoso- le susurró entre jadeos mientras ya ni sabía dónde había dejado la pastilla.
El peliverde le sonrió llegando al clímax por cuarta vez.
- porque soy hermos...La puerta se abrió de golpe, todo paso tan rápido que el pobre peliverde apenas le dió tiempo de entender la situación. Con pistolas apuntándoles, el rubio explosivo procedió para acercarse a la pareja.
- Manos arriba, estás bajo arresto por tráfico de drogas - grito Bakugo con la pistola en la frente de Dabi.
- ¡¿Que demonios?!-Dijo el pelinegro exaltado.
Midoriya giró su rostro hacia la voz familiar que apenas podía olvidar.
- ¿Kacchan?- susurró perplejo.
El rubio que estaba a su lado enfocándose más en el traficante, se dió cuenta de la identidad del acompañante.
Ambos se miraron a los ojos.- ¿Dek...?- también susurró perplejo Katsuki. Izo una mueca molesto al darse cuenta a dónde estaba- Arresten a este bastardo también.
Continuará...
Buenas, es mi primera historia, espero que os guste.
Iré actualizando los sábados.
Cuídense 😘
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Policía x florista | Bakugo x Midoriya
Romance-Si sigues actuando así de arrogante, haré que veas las estrellas- dijo Bakugo acorralando a Midoriya contra la pared- y no precisamente las del cielo- le susurró en su oído. Un reencuentro bochornoso entre Midoriya Izuku, un omega de 25 años que tr...