∆ CAPITULO 2: ERES UN ASQUEROSO Y TÚ UN IMBÉCIL

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En ese momento estaban pasando tantas cosas a la vez que el pobre peliverde ni siquiera sabía qué hacer.

Observó cómo Dabi, desnudo, era sujetado por dos policías, mientras hacía él venía otro para encadenarlo.

Eso lo alertó, lo estaban asociando con un delincuente, cuando él ni si quiera podía matar voluntariamente a un insecto.

- Esperen un momento, ¿a dónde me llevan?- dijo exaltado mientras intentaba soltarse del policía. - ¡Yo no he hecho nada! Así que, suéltame!

Pero Bakugo con poca paciencia, lo sujetó con fuerza de las manos y lo estampó de cara contra la pared. El choque lo dejó mareado.

- O cooperas con nosotros...-dijo el rubio aún apretando su agarre- o por la fuerza irás. Escoge.

Midoriya izo un puchero, se pensaba que iba a tener una noche increíble con un alfa de calidad, pero ahora iba a terminar lo que queda de noche en el calabozo por su culpa.

-Voy a cooperar-dijo suspirando, prefería ir por la alternativa más tranquila- pero déjame ponerme algo de ropa.

Por si aún no se acordaban, seguía desnudo y Dabi ya se lo llevaron tal cuál. Pero el peliverde quería mantener su dignidad intacta.

El rubio izo una mueca molesto al recordar su estado y lo peor de todo, era darse cuenta que el semen de Dabi seguía escurriendose entre las piernas del omega.

- Eres un asqueroso - soltó de repente Bakugo molesto.

Midoriya parpadeó, ¿acaso lo escuchó mal?

Se giró al ver como el agarre se había aflojado, dejándole libre para coger su ropa.

- Repugnante - volvió a hablar el rubio

El omega eso lo molestó, quien se creía para insultarlo.

- Quién te crees para llamarme de esa forma? - lo encaró Midoriya con los brazos cruzados- Si yo soy eso, entonces tú eres un imbécil amargado y poco profesional.

La sala se quedó en silencio.

Bakugo escuchó todo, sus compañeros ya daban a Midoriya por muerto, pero el peliverde seguía con su postura defensiva.

Ambos tenían la vena del cuello inflada y palpitando.

Un gruñido se escuchó. Bakugo se tragó su orgullo y sus ganas de estrangular al peliverde, pero se acercó hacia él y lo sujetó con fuerza por el brazo.

- Parece que por las malas vamos a ir - su paciencia se había agotado.

Se lo llevaron fuera del hotel, había personas que estaban alrededor curiosas para saber el que pasaba.

Lo entraron a la fuerza al coche y arrancaron.

Suspiró y observó las oscuras calles, mientras ordenaba sus pensamientos. Temía que con la presencia de Bakugo, las cosas se compliquen más del que ya están. Tenía que buscar la forma de salir de éste lío sin terminar como cómplice del pelo oscuro.

Agradecía no haberse tomado la droga o estaría en graves problemas. Aunque también podía inventarse que Dabi lo obligó a hacerlo.

Apretó su labio inferior y bajo su mirada en sus manos con esposas. Su mano derecha estaba adolorida por la fuerza de agarre que izo Bakugo.
Alzó su vista y lo miro enfrente, estaba conduciendo. Sus ojos se fijaron con la poca luz que había en su figura. Había cambiado, físicamente era más musculoso y era más alto, recordó antes. Aunque seguía gruñón como siempre.

El peliverde se sumió en sus pensamientos, la presencia del rubio izo que muchas memorias del pasado regresarán a su mente. No quería recordar, porqué después de todo Bakugo fue su Crush en su época de preparatoria. Un amor unilateral a la distancia, ni siquiera podía confesarse ya que el rubio nunca le había dado una oportunidad para acercarse a él. Había un muro entre ambos y eso le lastimó mucho.

Volvió a suspirar, habían llegado y lo primero que hicieron era llevarlo a la celda, hasta que terminen con Dabi, luego sería su turno de interrogación.

- ¿Te quieres callar? - dijo irritado el rubio mientras lo dejaba dentro de la celda.

Midoriya lo miró irritado también.

- Ya lo estoy de callado ¿o es que ya ni se puede suspirar?

- Si fuera posible no respiraria el mismo aire que tú.

Bakugo dió media vuelta y se va, dejándole con la palabra en la boca.

Izuku gruñó dando patadas al suelo, pero que se creía el maldito.

- ¡Tratándome como si fuera una peste y ni siquiera se ha visto en el espejo!

Se cansó de maldecirlo y se tumbó en la silla. Seguía pensando que iba a estar toda la noche encerrado aquí. Así que puso sus manos detrás de su cabeza y sus ojos se enfocaron en la poca ropa que tenía puesta. A penas le dió tiempo de ponerse su ropa interior y la camisa de tirantes.
Sus ojos se volvieron a enfocarse en los dos guardias de la celda y sonrió. Ambos eran musculosos y eso lo excitó. Si eran Alfas, eso sería aún mejor. No se iba a aburrir hoy.

- Perdonen - dijo dulcemente.

Los dos se fijaron en él.

-  ¿Que sucede?- dijo acercándose uno de los dos chicos. Era un peli rosa alto, con piernas anchas. Al fijarse, Midoriya pudo ver en él una cicatriz en su rostro. Eso lo gustó. El otro chico, un pelo negro con tez morena, seguía sentado vigilando a los otros presos, que por cierto él no podía ver porque estaba blindada la celda.

- ¿Quería preguntar cuando me van a llamar?- dijo inocentemente, mientras se ponía de pie y se acercó al chico.

- Eso dependerá de la investigación con el criminal. Luego va a ser tu turno- seguía con su seriedad y mirada intimidante. Aunque no se comparaba con el pelirubio, él era la rencarnación de Satanás.

- Es sólo que...estoy en mi celo- susurró fingiendo preocupación, el guardia eso lo alertó.

- No siento tu fermonas- dijo él con sospecha mientras retrocedía. Era un Alfa y eso le gustó.

- Es porqué me estaba aparendo cuando fuimos interrumpidos - lo miró a los ojos- mi celo no ha terminado, sólo lo estoy suprimiendo. Pero no sé cuánto voy a aguantar...

- Vamos a traerte unos supresores- dijo girándose hacia su compañero para decírselo.

- No los traigas, no me van a servir, el médico me dijo que no podía tomarlos.

El guardia lo miró intentado descifrar si mentía o no. Midoriya lo miró a los ojos y los desvío.
- si me miras de esa forma intensa voy a reaccionar...- dijo fingiendo estar avergonzado.

El guardia se sonrojó un poco.

- L-les voy a decir que te atiendan con otro grupo de investigadores- dijo algo nervioso, ver la apariencia del peliverde le empezaba a atraer.

- ¿Podrías hacerme otro favor?- dijo acercándose más al guardia. Este también lo izo porque había bajado la guardia- ¿Me prestarias algo de ropa? Tengo frío- susurró avergonzado.

El guardia abrió sus ojos, verlo con poca ropa, nervioso, con una apariencia adorable y vulnerable, le había despertado todos los sentidos. Para que mentir se había puesto duro.
Eso era peligroso. El peliverde había conseguido lo que quería al ver la reacción del guardia.

El policía iba a abrir la celda, cuando un golpe en su cabeza fue suficiente para hacerlo volver a la realidad.

- ¿Puedes dejar de seducir a mis compañeros, Deku de mierda?- gruñó un molesto rubio en la puerta.

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Hasta aquí todo.
¿Que creen que va a pasar?

Actualizo los sábados,

Cuídense ❤️

Policía x florista | Bakugo x MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora