capitulo 23

40 4 14
                                    


— veo que estás aquí —
Una voz que le era desconocida pero a la vez familiar se escuchó detrás de él.
Cuando giró su cuerpo logró ver al chico pelirrojo recargado en un árbol, fumando algo que probablemente no era tabaco.

— ¿Adeus? —

— que alagador, recuerdas mi nombre —
Habló en un tono de sarcasmo bastante grosero.

— ¿Sabes dónde está James? —
El pelirrojo gruñó con furia al escuchar ése nombre.
Se lamentaba internamente; nadie preguntaba por él, nadie se preocupaba por él; siempre había alguien más, jamás fue la prioridad de nadie.

— creí que eras más listo; pero eres igual a todos esos idiotas —
Pete no dijo nada, simplemente se acercó con lentitud hacia el chico; procurando no invadir su privacidad.

— se que él no te agrada; pero realmente necesito que me digas si sabes dónde está —
Suplicó Pete, hablando lentamente, como si estuviera explicándole un tema complicado a un niño de preescolar.
Adeus aspiró con fuerza aquel cigarro que tenía en la boca y después soltó el humo en un gran suspiro.

— no lo sé niño. La última vez que lo ví tu noviecito estaba moribundo y aún así me golpeó —
Volteó la cabeza para que el más joven lo viera de frente, dándose cuenta de que en efecto tenía un golpe cerca del ojo y su labio estaba partido.
— ¿Para qué necesitarías saber dónde está? —
Pete no le contestó, simplemente lo vió directo a los ojos con una mirada suplicante.

Adeus soltó una risa de ironía, rodando los ojos.
— conozco ésa mirada —
Pete no dijo nada de nueva cuenta, solo avanzó un par de pasos más hacia la dirección del pelirrojo.
— Seguramente en éste momento estás pensando que con el poder del amor o de la amistad podrás salvar a ése idiota —
El pelinegro intentaba encontrar una razón por la cuál Adeus odiara tanto a James; sabía que nadie actuaba por qué si, y sabía también que detrás de todo ése odio había dolor oculto; pero no sabía el porqué.
— Déjame darte un spoiler; es imposible, él ha intentado sacar a todos de aquí durante un milenio y no lo logró, ¿Qué te hace pensar que tú si podrás? —
Adeus lo analizó de pies a cabeza, solo para mirarlo con desprecio.
— no pudiste hacer algo tan simple como... Vivir —

— ¡Oye! No estoy muerto —
Pete se acercó aún más, quedando a un metro de él.

— si no lo estuvieras no estarías aquí —
Adeus volvió a analizarlo.
Sintió desagrado al instante, el pelinegro se veía tan patético; se veía demasiado delicado, demasiado femenino.
Seguramente era igual que los tipos pacifistas que tanto detestaba.

— es difícil de explicar —
Pete se acercó quedando a medio metro de distancia del chico.
— oye... Yo sólo —
El ojiazul puso su mano sobre el hombro de Adeus, sin embargo cuando lo tocó su iris desapareció y sus ojos se tornaron completamente negros.

Cuando puso su mano en el hombro del más alto, todo a su alrededor se sumió en una completa oscuridad; parecía estar literalmente en medio de la nada, todo era un infinito color negro.

Tal y como en sus sueños.

El llanto de un bebé le llamó la atención; se dió la media vuelta, encontrándose frente a la imagen de una mujer de piel blanca y cabello castaño, que cargaba a un pequeño bebé en sus brazos.

Pete quiso acercarse, y cuando avanzó notó que el suelo estaba cubierto de agua.

De la nada salió un hombre algo tosco de cabello pelirrojo, que vestía un traje bastante elegante.
— me tengo que ir —
Aquel hombre le dió un beso a la mujer que estaba sentada y salió.

Under the tree © (BL) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora