—Lo estoy hyung —aseguró—, sólo iré y vendré nuevamente.
—Está bien, Gyu.
Habían pasado solamente dos días desde que habían llegado a aquel lugar y la segunda pareja de su grupo no le dejaban de mandarles mensajes por separados.
Pero él apostaba que mientras ambos intentaban arreglarse con él, ellos a la vez vivían su cuento de hadas.
—Nosotros iremos con ellos hyung, estaremos bien —habló HyunJin.
—Al menos sé que si Gyu llora, tiene a dos grandes hombros de quien apoyarse.
El cláxon del carro sonó y los tres chicos se montaron en la camioneta y esta comenzó a andar. BeomGyu miraba por la ventana, tenía que aclarar todo con HueningKai y SooBin.
Hoy era ese día.
—Solo dile lo que sientes, ellos no tienen derecho a jugar contigo, nadie lo tiene —habló HyunJin.
—HyunJin tiene razón, Gyu. SooBin y HueningKai tienen que entender que no siempre vas a estar como una segunda opción cuando ellos quieran.
—Lo sé chicos, hoy les voy a dejar en claro todo.
—¿Lo harás por separado?
BeomGyu asintió.
—No creo que quieran saber frente a frente que casi tengo un beso con SooBin o un amigo con derecho por parte de HueningKai.
—Lo entendemos BeomGyu.
El menor se recostó y los mayores recostaron su cabeza con la de él.
—¿Cuándo acabe el día seré feliz chicos?
—Lo serás Gyu, lo serás.
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HueningKai y SooBin cenaban en silencio, eran los únicos que estaban en la casa y aunque sean pareja preferían actuar como si estuvieran solos.
—SooBin...
Recibío un "¿mhm?" como respuesta.
—¿Tú y BeomGyu...?
—No tengo ningún tipo de relación con BeomGyu, solo somos compañeros de trabajo, así lo dijo él ¿no? —siguió comiendo.
—Que él tenga otros pensamientos a lo que son no significa que tú lo tengas igual...—susurró.
—En ese caso yo debería preguntarte sobre eso ¿no? —HueningKai se quedó en silencio— ¿Pasó algo entre ustedes?
—Está más que claro que no me quiere ver.
—¿Por qué?
—Discutimos, él quería saber desde cuando estábamos juntos y le dije la verdad.
—¿Cuál verdad?
—Cuando tuvimos nuestra primera vez, aquel día del hospital nosotros peleamos, le saqué en cara todo y-
—Tu mejor manera fue acostarte conmigo —completó la frase.
El menor asintió.
—¿Entonces no me amas?
—Es todo muy confuso ¿si? No sé lo que siento.
—Al menos yo solo lo rechacé, creo que jugar con sus sentimientos son cosas distintas.
HueningKai frunció el ceño.
—Te hago recordar que eso lo dañó más.
—Nunca le di esperanzas, tú sí, ambos lo lastimamos de maneras distintas.
—Somos unos malditos hijos de puta, SooBin.
—Lo sé amor —lo llamó con sarcasmo.
Siguieron comiendo en silencio hasta que unos toques en la puerta se escucharon. SooBin se paró para abrir, gran sorpresa que se dio.
