BeomGyu se encontraba mirando su habitación, ya tenía todas sus cosas guardadas, solo faltaba que el mánager le diera la noticia a los demás integrantes.
Pero ese día no sería hoy...
Unas lágrimas traicioneras bajaron por su mejilla, las limpió y salió cerrando la puerta detrás de él. Caminó hacia la sala donde YeonJun se le acercó corriendo.
—Gyu, ¿adivina qué?
—Dígame hyung.
—Tu consejo funcionó, me arreglé con TaeHyun. Quería darte las gracias.
—No es nada hyung —sonrió levemente.
—¿Saldrás?
—Sí, iré a caminar un poco —susurró y ambos se despidieron para luego él salir de la casa.
La suave brisa acarició su rostro y se abrazó a sí mismo para protegerse del poco frío que estaba siendo.
Los recuerdos en su mente llegaron, la vez cuando debutaron, los gritos de MOA en sus conciertos, las cartas que recibieron por este comeback, tal vez todo sería pasado.
Recuerda la primera vez que conoció a los chicos de Stray Kids, literalmente casi se muere, estaba muy entusiasmado con conocerlos y cuando JeongIn le dijo: "Vas a conocer a mi grupo" casi se desmaya de alegría.
Con vio a HyunJin pensó que era irreal, tanta belleza en un hombre tenía que ser ilegal. Con el paso de los días ambos comenzaron a tener un vínculo muy unido junto a JeongIn.
Pero ahora todo había cambiado, se sentía mal y ni sus amigos podían ayudar y se sintió egoísta ¿Estaba siendo egoísta con sus amigos al irse? ¿Estaba siendo egoísta con los de su "grupo"? ¿Estaba siendo egoísta con todas las personas que conocía?
Se colocó los audífonos, un barbijo y la capucha de su casaca para que nadie lo reconozca. La música comenzó a reproducirse, la melodía era muy tranquila y el significa muy triste.
—¿Cómo hacen las personas para que parezca fácil? ¿Realmente son felices o simplemente son buenos fingiendo? Solo quiero un poco de ese sentimiento para mí —cantó la primera estrofa.
Envidiaba a las personas que parecían ser felices, envidiaba a las personas que han experimentado la felicidad en algún momento ¿Por qué él no podía ser así?
—No pido eso de un alma gemela, solo quiero a alguien que me conozca. Porque de vez en cuando admito que necesito un poco de ayuda...—susurró.
Recordó la vez en que su mamá le había dicho que algún día encontraría un alma gemela, recuerda haber sentido que ese era SooBin, pero estaba equivocado. No quería a alguien que le diera un sentimiento momentáneo, quería que alguien lo conozca y lo haga sentir bien, pero esa persona nunca llegaría.
—Siento que no pertenezco a ningún lado, lado, lado, lado ¿Por qué las cosas siguen saliendo mal? ¿Cómo llegamos hasta aquí, aquí, aquí? Cuanto más cubro mis defectos más aparecen, debo encontrar adonde pertenezco.
Tenía miedo de que las únicas personas que estaban con él se fueran, tenía miedo de que HyunJin y JeongIn desaparecieran como HueningKai. Tenía miedo de varias cosas, pero no tenía a quien contárselo por el mismo hecho.
Sus lágrimas no tardaron en aparecer, no quería regresar a casa y las ganas de seguir cantando en voz baja se le fueron. No quería molestar más a sus amigos, se sintió una carga.
La música dejó de reproducir para dar notar en la pantalla que HyunJin lo llamaba, no quiso contestar, no quería que se notará su voz quebrada.
Tomó el tren para que lo dejara en Daegu a pesar de que no tenía permiso para hacerlo, su celular nunca dejó de sonar así que lo apagó.
Tardó horas para llegar a su lugar de nacimiento, la lluvia comenzó a caer y caminó hacia donde recordaba era su casa.
Al llegar tocó la puerta y esperó unos minutos para luego ver a su madre tras el umbral.
—¿BeomGyu?
Y la abrazó para luego comenzar a llorar.
