T/N
Esta noche es una de esas noches de verano perfectas para admirar las estrellas en el cielo. El firmamento estaba despejado, y miles de puntos luminosos brillaban como diamantes sobre un fondo negro aterciopelado. Una brisa refrescante jugueteaba en el aire, haciendo cosquillas en mi nuca y alborotando los mechones rebeldes que había intentado en vano acomodar detrás de mi oreja.
No sabía cuánto tiempo había pasado desde que salí de mi habitación y me senté en el techo del Board Hat. Tal vez solo habían sido minutos, pero me encontraba bien allí. Permanecí sola unos segundos más, con los ojos cerrados, dejándome acariciar por el viento que traía el aroma de las hojas y flores de los árboles. El susurro de las ramas moviéndose al compás del viento y el canto lejano de un grillo creaban una sinfonía natural que me envolvía en una sensación de paz y tranquilidad.
Estaba en paz, hasta que sentí el tejado crujir ante el peso de alguien. No fue necesario voltear para saber quién se aproximaba. Una sonrisa se perfiló en mi rostro.
—Te encontré —fue todo lo que dijo Ban mientras se sentaba a mi lado. Su voz era un susurro grave que rompía el silencio de la noche con una calidez familiar.
Estábamos cómodos en aquel silencio natural. Tal vez fuera porque nos conocíamos desde pequeños y pasábamos casi todas las horas de todos los días de nuestras vidas juntos. Tal vez fuera algo más, algo que solo él y yo sabíamos tener. Algo que no volvería a encontrar en nadie más.
—Te estaba buscando —comentó, pero opté por no decir nada como respuesta de afirmación y seguí con la mirada fija en las estrellas que parpadeaban, como si buscaran responder a todas las preguntas que tenía en mi mente.
—¿Está todo bien? —pregunté después de unos segundos, intuyendo que quería decirme algo importante. Sentí una ligera tensión en el aire, como si Ban estuviera debatiéndose internamente sobre cómo comenzar.
Ban no me respondió al instante. Parecía que se estaba tomando su tiempo, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Transcurrió un rato hasta que decidí recostarme sobre las tejas desgastadas, sintiendo la rugosidad incómoda sobre mi espalda. A pesar de ello, se sentía bien, sobre todo porque Ban estaba a mi lado. Ban hizo lo mismo, poniendo sus brazos detrás de su cabeza como almohada. Miré de reojo cómo sus ojos se perdían en el cielo, reflejando las estrellas.
—Hace años, después de perderte... me dediqué a vagar por cualquier lugar, hasta que uno de esos días decidí ir al lugar de una leyenda que me contó Zhivago... —Su voz se volvió más suave, casi nostálgica.
—La fuente de la juventud —añadí, y él solo mostró una sonrisa. Sabía a qué se refería, porque ese también era un lugar donde nos propusimos ir alguna vez, en nuestros sueños de aventuras sin fin.
—Pensaba que si esa leyenda era realmente real, me ayudaría a traerte de vuelta. —No sabía que estaba pensando en ese momento, pero por su expresión parecía que estaba recordando algo o... a alguien—. La leyenda era real, pero su guardián resultó ser un hada, una hada llamada Elaine.
—¿Y qué sucedió? —pregunté con algo de nerviosismo, notando la sombra de dolor en sus ojos.
—Ella fue asesinada por un demonio. —Se podía sentir la rabia y la impotencia en su voz—. Yo también hubiera muerto si ella no me hubiera dado de beber del agua de la fuente de la juventud. Fue así como obtuve mi inmortalidad.
Solté el aire que estaba conteniendo. Mi corazón se oprimía, pero no sabía por qué. Me quedé en silencio mientras escuchaba a Ban relatarme lo que seguía. Me contó cómo luego conoció al capitán y se convirtió en el pecado de la Codicia. Después de un tiempo, los incriminaron y voluntariamente se entregó a la cárcel. Varios años después, volvió a reunirse con sus compañeros para pelear por el reino Liones. Ban omitió la parte donde fueron reconocidos como héroes, seguramente porque le importaba poco o nada ese título.
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AMOR ETERNO - BAN Y TÚ
RomanceTe conocen como el "Pecado Original" con el poder mágico "Divino Reflejo" y "Fuerza Divina" que te permite copiar cualquier técnica con tan solo verla una vez y devolverla con la misma fuerza con la que te mandan, nunca pensaste que al al entrar por...