4. Reencuentro

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BAN

Traía al maldito doctor sobre mi hombro mientras gritaba en mi oído una y otra vez que lo bajara. El eco de sus gritos resonaba en mi cabeza, pero lo ignoraba, mi mente estaba enfocada en un solo objetivo. Cuando abrí la puerta, el mundo se desmoronó a mi alrededor, t/n estaba desangrándose en el suelo, su vida escapando con cada segundo que pasaba.

—Ban...

—¡T/n!

Arrojé al doctor a un lado sin contemplaciones y me arrodillé a su lado en un abrir y cerrar de ojos, mis manos temblorosas tratando de detener la hemorragia. Pero para cuando la tomé en mis brazos, su cuerpo ya estaba inerte, su respiración se había detenido.

—Llegas tarde, demasiado tarde.

Una voz espeluznante resonaba en mis oídos, burlándose de mi impotencia mientras la sostenía en mis brazos, tratando de mantener la calidez que se escapaba de su cuerpo.

—Es demasiado tarde, demasiado tarde.

—¡No!

¡Bam!

Un repentino golpe me sacó del sueño, o más bien dicho, de la pesadilla que me atormentaba como muchas otras veces. Siempre era distinto, pero el final era el mismo: siempre ese maldito final con t/n muriendo entre mis brazos y yo sin poder hacer nada para impedirlo.

Miré a mi alrededor, desconcertado. Tal vez ya pasaba del mediodía, ya que anoche nos quedamos hasta tarde festejando nuestra victoria por salvar al reino de Lioness. Pero ahora nuevos problemas se avecinaban debido a que la raza demoniaca había resucitado.

—¿Quién eres tú?

—¡Aléjate, King! ¡Lo derrotaré de un solo golpe!

Los gritos de King y Diana atravesaban mis oídos. Creí que solo era alguna de sus tonterías, pero al escuchar sonidos de batalla me sorprendí e inmediatamente comencé a bajar las escaleras.

¿Qué carajo está pasando ahora?

Salí del Boar Hat para encontrarme con alguien encapuchado atacando a mis compañeros con una espada. Diana intentó darle un golpe, pero el desconocido lo esquivó dando un salto en el aire. Al mismo tiempo, el capitán logró darle una patada en su costado, obligándolo a retroceder.

—No sé quién seas, pero eres muy valiente o muy estúpido para enfrentarte a nosotros —dije, poniéndome al frente para enfrentarme contra él.

El desconocido no contestó nada. Solo agitó su espada y comenzó a correr en mi dirección para atacarme.

Estaba seguro de que un solo golpe mío sería suficiente para noquearlo, pero unos segundos antes de golpearlo, una repentina ráfaga de viento nos golpeó, haciendo que su capucha se bajara detrás de su cabeza, revelando una larga cabellera plateada y un rostro que nunca podría olvidar ni en cien vidas.

—T/n...

—¡Ban, cuidado! —La advertencia de Diana llegó a mis oídos al mismo tiempo que sentí la espada perforar mi abdomen.

Pero aún me quedé paralizado en mi mismo lugar. No me importaba la espada que atravesaba mis entrañas, sino la persona que sostenía la espada.

—T/n... ¡kgh! —Un poco de sangre salió disparada de mi boca, pero aún así no aparté la mirada de ella.

T/n siempre mantenía el cabello corto, no permitía que creciera debajo de los hombros. Decía que era mucho más cómodo y le facilitaba hacerse peinados fáciles. Pero la t/n que tengo en frente tiene el cabello largo hasta la cintura.

AMOR ETERNO - BAN Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora