VI

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Su sangre hierve, pero sus ojos no se abren.

Una ola de luz blanca reemplaza la oscuridad anterior, pero trae algo extraño con ella.

"— Oh, lo lamento su alteza.— Dice, al tropezarse con lo que parece ser una versión antigua de él mismo.

— No se preocupe, señor Kim, le aseguro que es completamente normal querer indagar sobre algo no descubierto por sus ojos, lo que es poco ortodoxo sería aplastar al propietario de la estancia cuando llevamos poco más de… un cuarto de hora trabajando -cooperando, si lo prefiere- juntos.— Dice, sacando un reloj de bolsillo.

— ¿Insinúa que mientras su cuerpo no quede plano como el papel, no es una de mis preocupaciones el poder husmear a mis anchas, entonces?—

Un silencio se asenta entre ellos, pero Seonghwa no puede decir qué está pasando por ambas mentes, así que espera ver una respuesta por parte de aquel cuerpo extraño que era su guía.

— Puedo resarcirle eso, si usted me lo permite.— Dice entonces, su voz reteniendo un rastro de culpabilidad al ver la pobre camisa sin botón.

Seonghwa se ve a sí mismo desde la perspectiva de otra persona quitarse capas de ropa hasta llegar a la deseada, sin embargo, no puede acostumbrarse a la vista

— No era necesario retirarla.— Dice.

— Sabiendo lo despistado y curioso que es usted, no me sorprendería que dicha aguja acabará clavada en mi cuello producto de un desliz.— Le contesta la otra versión de sí mismo. Lo llamaría HwaSeong, es decir, Mars.

— Por lo menos no destrozaría su rostro contra el suelo con mi deslumbrante belleza exótica. ¿Debo recordarle que hace menos de una semana se desmayó frente a mi persona nada más posar sus ojos sobre los míos?— Pregunta en un tono juguetón, queriendo molestar al contrario.

El subconsciente de Seonghwa se altera. ¿Se había desmayado?,¿por qué?

— …¿ O eso partiría su ego en fragmentos más pequeños que su...— Continuó, pero el Seonghwa del 98' no tenía ganas de escuchar bromas de penes.— …Marca de nacimiento?—

Entonces, ese fragmento se esfuma, dando paso al siguiente. Y se da cuenta de que todavía no sabe a quién interpreta en aquella obra de teatro que eran esos recuerdos.

Sólo tenía la certeza de que su altura no era la misma, puesto que tenía que alzar la mirada para encontrarse con los ojos de Mars.

De repente, un chico rubio y otro moreno se presentan ahora frente a él.

¡Son idénticos a Jongho y Yeosang!

— ¿Es cierto que usted está actualmente trabajando para el rey?— Interviene el rubio.

— Tan cierto como que la sangre es roja y Venus un planeta.— Al oír eso, Seonghwa se queda anonadado, congelado al reconocer esas palabras, pues él mismo las había tenido en su boca recientemente. Eso significa que estaba más profundamente relacionado con su subconsciente de lo que imaginaba.

— Entonces, por extensión conocerá a Park Seonghwa, hijo del rey.— Vuelve a interrumpirlo el rubio.

— ¿Puedo saber el motivo de tus preguntas?— Dice él mismo, siendo ignorado olímpicamente.

Yeosang 2.0 da un sorbo a su té y deja la taza sobre la mesa, sonriendo enigmáticamente.

— Desde luego, el mundo es un pañuelo."— Musita, y luego el recuerdo se desvanece, dejando al Seonghwa espectador confuso y solo.

Por lo que tenía entendido, Mars era el hijo de un rey (ya fuera legítimo o no), también que en algún momento se había desmayado al ver a esa persona X que era sus ojos y que realmente sus sueños estaban más conectados con eso de lo que él hubiera imaginado.

El calor sube a sus mejillas al recordar el sueño donde besaba la puerta, que ahora identificaba como la puerta original del castillo.

Tal vez sus sueños eran una representación del conjunto de recuerdos. O tal vez no, todavía no podía saberlo.

Entonces, algo gotea en su frente, negro como aquella oscuridad.

Fue apurado bruscamente de esa oscuridad, siendo arrastrado hacia la luz en contra de su voluntad. Él quería descubrir más, pero también quería saber qué no le estaba dejando.

Salió de aquel confort con una rapidez desorientadora.

Lo primero que ve al abrir sus ojos es a Yunho, que lo sacudía insistentemente para despertarlo por completo.

Su pelo está despeinado y hay unas pequeñas manchas de tierra en su cara, convirtiéndose en barro a medida que las lágrimas se escurren por su rostro.

Un flashback del Yunho del pasado cruza su mente, causando una migraña instantánea.

— Es hora de levantarse, mi señor.—

Aquella voz se mezclaba con la de su dueño en el presente, el rostro juvenil del chico de cabellos azules cintorsionándose con aprensión, parecía entrar en pánico al ver que no reaccionaba.

Yunho lo levanta en sus fuertes brazos, decidido a ponerlo a salvo una vez llegaran a la superficie, transportando su cuerpo en volandas fuera de la estructura. Este se aseguró a través del walkie-talkie de que recibiría el tratamiento de un doctor según llegaran.

Lo cual, sólo trae más recuerdos.

Al llegar a la superficie, ve a todo su equipo esperándole, más que preocupados por su estado. Pero sólo puede reaccionar al ver a Jongho y Yeosang.

Y es que, todo había sido un viaje tan surrealista que hasta él mismo no creería nada de ello, siendo que lo vio en primera persona.

No puede mantenerse despierto. Y no hablemos siquiera de ponerse en pie.

Los segundos siguientes pasaron a cámara lenta en cuanto los paramédicos se apresuran a ponerlo en la camilla y llevarlo al hospital más cercano.

[...]

𝑆𝑢 𝑃𝑟𝑜𝑚𝑒𝑠𝑎 (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora