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Al encontrarse con los síntomas de un desmayo en el cuerpo de Seonghwa, el doctor mandó darle el alta en cuanto se despertara, puesto que no parecía ser nada más que un bajón de tensión.
En el momento en que abre los ojos, Seonghwa se encuentra con una habitación completamente blanca ante él y pronto se encontró encerrado entre el olor a desinfectante y aquellas cuatro paredes.
Recuerda girar la cabeza para luego visualizar un jarrón que mantenía un ramo de jazmines frescos. A su lado descansa una nota con la letra de Jongho, que dice así:
"Recuerda que somos un equipo, y si te sientes sobrecargado por algo, o simplemente no te encuentras bien, estaremos aquí para acompañarte. Nos lo puedes contar, ya sean cosas del trabajo como algo personal.
Firmado: Jongho, Yeosang, Yunho, Haneul."
Luego pierde el interés y cierra sus ojos tranquilamente, en paz.
— Lo siento, todavía no estoy preparado. No hasta que sepa la verdad.— Murmuró, vencido por el cansancio.
[...]
— Vamos allá.— Se dice a sí mismo, saliendo del coche.
Cruza el cordón que rodeaba la zona, dispuesto a empezar su jornada ayudando en lo que pudiera. Pero según llega, se encuentra a su equipo atareado, llevando cajas de un lado a otro.
— Eh… ¿Qué está pasando?— Pregunta entonces a Yeosang, quién acompañaba a Yunho.
— Buenos días, hyung.— Saluda, haciéndose el desentendido de la pregunta anterior.— Estamos llevando esto al camión.—
— Por cierto, el CEO Kim dijo que lo llamaras cuando estuvieras de vuelta. Yo que tú no perdería el tiempo, parecía importante.— Añade Yunho, para luego marcharse y depositar cuidadosamente la caja llena de reliquias en el camión con el logo de su empresa.
— Que raro… Normalmente no es así.— Dice para sí mismo, sacando el teléfono del bolsillo mientras por el rabillo del ojo ve el movimiento del personal.
¿Habrá pasado algo en su ausencia?
Finalmente llama al conocido número, temiéndose lo peor.
Entonces, oye cómo responden desde la otra línea.
— Hola, Seonghwa, quería hablar contigo, pero supongo que tus compañeros se me habrán adelantado.— Saluda el jefe, levantándose de su silla.
— Eh… No. ¿Se supone que debían decirme algo?—
Seokjin se aclara la garganta.
— Oh… Pues resulta que en base a lo que tú y tu equipo habéis descubierto, he podido arreglar una exposición en el Louvre para dentro de una semana. Tal vez no hayan querido arruinarte la sorpresa.— Dice, haciendo que Seonghwa casi se desmayé de nuevo.— Recuerda ir de gala la semana del 14; Quedarás a cargo del evento, pero ya está todo listo así que no te pongas nervioso e intenta disfrutar del viaje a París.— Concluyó, sabiendo que Seonghwa tardaría en asimilarlo unos cuantos minutos más.
El silencio incómodo es predecible.
— … ¿Entonces tengo que preparar un discurso en nombre del grupo?— Pregunta el de cabellos carbón.
— No necesariamente, aunque si lo llegas a hacer, no dudo que los de K.E.M quieran robarte hasta los papeles.— Bromea el contrario, riéndose como un limpiaparabrisas de su propia broma.
Sabían poco de K.E.M, su empresa competidora, pero lo suficiente como para que a Seonghwa se le pusieran los pelos de punta al saber que cada uno de sus movimientos eran observados por ellos.
Pero ahora, la mente de Seonghwa estaba procesando la valiosa información. Llevaba una lista mental de cosas que hacer y conseguir antes del 14:
•Cera para el pelo, maquillaje.
•Buscar un traje.
•Hacer la maleta.
•Billetes de avión a París.
• Leche y huevosA mayores, tendría que ponerse en contacto con los organizadores parisinos y el francés de Seonghwa estaba un poco oxidado.
Aunque esperaba que la información de contacto fuera facilitada por e-mail.
Aparte, ¿qué se le había perdido a él en París?, ¿qué haría mientras?, ¿podría pedir unos días para hacer turismo?
Las respuestas eran: Nada, busca en internet y pídeselos a Kim Seokjin ahora que estás al teléfono con él.
— Daré lo mejor de mí, se lo aseguro. Mmm, ¿puedo aprovechar y pedir mis vacaciones en esos días?— Pregunta.
— Por supuesto, ya contaba con que sería así. Su equipo no se ha opuesto, por lo que ve, así que sólo queda terminar el transporte esta semana.— Asegura, y Seonghwa alcanza a oír cómo el otro da un sorbo a su café.— Bueno, si eso es todo, estoy un poco liado por la oficina…—
— Oh, lo siento, hablaré con Yunho para enterarme de los detalles. Gracias por esta oportunidad.— Se despide, para luego colgar y dar un saltito de emoción.
Eso significaba que sería reconocido por su trabajo, era el sueño de todo arqueólogo tener una exposición propia, ya fuera de un sólo día o permanente.
La cuestión era el museo: ¡nada más y nada menos que el Louvre, lo mejor de París!
Podía babear pensando solamente en que pisaría aquel suelo.
Entonces su mente se llenó de todos aquellos sitios de arquitectura antigua que había visto en panfletos, ¿le daría tiempo a visitar Notre Dame?, ¿tal vez un tour por la plaza de la Bastilla y alrededores?
Cuanto más piensa en ello, más brillan sus ojos de emoción entre tantas posibilidades.
Sale de su ensoñación cuando sus brazos son cargados con una caja que lleva en su interior el globo terráqueo que encontró el mismo días atrás.
— ¿Puedes llevar esto? Jongho se ha quedado atascado con una lámpara de aceite.— Dice Yeosang rápidamente, y cuando Seonghwa sigue su rastro con la mirada, encuentra a Haneul y el resto de su equipo tirando por la mano sin ocupar del moreno.
No tarda en hacer lo pedido y prestar su ayuda al menor.
— Desde luego… Lo que hay que ver.— Suspira, para luego empezar a tirar por el cinturón del otro, habiendo liberado ya la parte superior de su cuerpo musculoso.
Cuando por fin consiguen sacarlo completamente, todos ríen ante el desafortunado incidente.
— Dios, eso estaba más apretado que— Yeosang le tapa la boca inmediatamente, pero Jongho le chupa el dedo, consiguiendo liberarse.— Que malpensados sois.—
Y el día transcurre como si nada, las horas pasan tan rápido que cuando Park llega a casa siente una especie de vacío.
Uno que llena de nuevo con páginas de turismo para inspirarse.
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𝑆𝑢 𝑃𝑟𝑜𝑚𝑒𝑠𝑎 (#2)
FanficEn otra vida... En otra vida quizá podamos encontrarnos de nuevo. En otra vida... En otro tiempo, tal vez podamos amarnos sin remordimientos.