La pantalla muestra una imagen colorida de cómo es la geografía del lugar, revelando su secreto: una edificación enterrada desde hace siglos descansa bajo esa tierra.
Seonghwa sabe que se trata del castillo que contempló en su sueño, pero no dice ni una palabra.
- Deberíamos... ¿Deberíamos avisar al CEO sobre esto?- Murmura Yeosang, siendo más bien una pregunta para sí mismo.
- Tal vez si llamamos ahora, nos den luz verde para investigar esto, puesto que las ruinas anteriores no han dado resultados fructíferos todavía. Pueden mandar otra unidad a investigar esto, también.- Dice Yunho, sacando su teléfono.
- No, Yunho. No puedo entregar esto a manos de cuelquiera. Llamaré yo al CEO.- Contesta Seonghwa, poniendo su mano encima del teléfono de Yunho para indicarle que lo mejor es guardarlo. Luego saca el suyo y se aparta del grupo.
Espera un tono, dos, tres...
- ¿Aló?- Responden desde la otra línea.
- Hola, Jin. Llamaba porque mi equipo y yo hemos encontrado algo con el satélite, y, nos preguntábamos si podemos investigarlo; se ve como un yacimiento importante y, podría compararse a encontrar otro Chichén Itzá.- Explica rápidamente, sabiendo que su jefe no tenía mucho tiempo para llamadas.
Unos estresantes segundos de tensión sucedieron la justificación.
- Ya veo, ¿sabemos si se trata de un templo?- Pregunta entonces el Kim.
- No, pero tengo un presentimiento de que se trata de un castillo.- Dice Seonghwa apresurándose a los hechos.
- Te recuerdo que "sospechar" no es "tener la certeza de"- Recrimina. - Pero, siempre que sospechas algo estás en lo cierto... Tu intuición es envidiable, de verdad. Por eso estás en tu puesto. Ahora dime, ¿qué es exactamente lo que quieres que haga?- Dice finalmente, esperando la respuesta del otro.
- Necesito que envíe otra unidad para cubrir la anterior investigación.-
- ... Muy bien, enviaré a los peques contigo, espero que seas una buena niñera para Huening Kai.- Accede, sabiendo que está empujando al otro hacia territorios desconocidos.
- Perfecto, empezaremos hoy mismo.- Seonghwa no se deja provocar, y cuelga la llamada para luego volver con sus propios camaradas.
Como si fueran niños pequeños, todos lo miran con esos ojos grandes, redondos y esperanzados conforme se vuelve a sentar con ellos.
Se puede ver el entusiasmo en sus pupilas.
- Todo en orden, podemos empezar hoy mismo. Más tarde llegarán TXT a cubrirnos con el otro yacimiento.- Anuncia, para luego detenerse a mirar el asombro en los rostros de sus compañeros.
- Muy bien, pediré las excavadoras para mañana. Mientras tanto elaborad el plano.- Dice entonces Haneul.
Se valieron de la visión del dron de Yeosang para hacerlo lo más exacto posible, sabiendo en qué se meterían al traer maquinaria tan grande.
Hicieron trabajos varios antes de empezar con la excavación, y al final del día enviaron un informe al correo de Kim Seokjin con todo el avance reportado por horas.
Al terminar, Seonghwa se ofrece a llevarlos en su coche, puesto que había sido un día duro y necesitaban fuerzas para el siguiente.
Harían una incisión por donde creían que sería más fácil entrar, dañando lo menos posible, puesto que creían que podrían sacar algo de dentro.
Luego, dependiendo de cómo estuviera lo que encontrarían, necesitarían un permiso que se encargaría de arreglar su CEO.
Al dar el último giro, Seonghwa se despide de Yeosang, puesto que su vivienda estaba en uno de los barrios más alejados de la cuidad.
- Gracias por el café.- Dice el rubio, para luego perderse entre las calles empedradas de la parte más antigua.
Por último, el de cabellos oscuros vuelve a su propia casa, ahogándose de nuevo en el silencio de esta.
Nunca se había sentido especialmente incómodo por ello en su propio apartamento, pero este es uno de esos días en los que añora el tener algo que lo ayude a salir de aquella espesa agua que es la soledad.
O alguien, quién sabe.
Tal vez un gato esfinge sería una buena opción: no dejan pelo suelto como para ponerse de los nervios al ver su ropa negra cubierta de blanco y su ropa blanca cubierta de negro. Además, se veían adorables con jerséis, sudaderas, o incluso trajes marineros.
Pasa sus manos por las paredes, sintiendo la pintura fría e irregular hacer contacto con sus dedos, extrañando aquella deseada calidez.
Suspira y se pone el pijama. Dirige su pesado cuerpo hasta la cama, dejándolo caer.
En el fondo, sabía que no era un gato lo que quería, pero a estas alturas, ya no sabe qué esperar.
Así que cierra los ojos, y comienza a soñar.
[...]
Al relajarse por completo, su mente se encuentra con un escenario distinto.
El castillo está en perfectas condiciones, y tenía un aura poderosa, esta vez el suelo se nivela a la altura. Unos soleados jardines se extienden a su espalda, interminables, mientras una brisa acaricia y ríe en sus mejillas en un cosquilleo.
Entonces toca a la puerta, siendo que el sonido rebota contra sus propios oídos, haciendo eco.
La puerta es tocada desde el otro lado, como una respuesta afirmativa.
Los golpes son irregulares y Seonghwa puede notar como se repiten.
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Entonces, sin motivo alguno, el joven de cabellos oscuros besa la puerta, y nota como esta desaparece, llevándose consigo el resto del palacio.
Quedándose sólo en aquellos laberínticos jardines, decide jugar y entretenerse por ellos como un niño pequeño, recolectando pequeños objetos que encontraba o simplemente saltando las piedras alrededor del estanque acompañado por algún que otro insecto que le seguía el ritmo.
Una hoja rojiza se abre camino con movimientos tan delicados en su caída que capta la atención de Seonghwa, que la baña en luz con tintes de atardecer a su voluntad.
Entonces, esta cae en su nariz, y Seonghwa se despierta con un estornudo.
Lo primero que hace a continuación es mirar su mesilla en busca de algo.
Algo que sus ojos encuentran.
Apuntado en un papel arrugado igual al de la noche anterior está el código con el que golpearon la puerta.
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𝑆𝑢 𝑃𝑟𝑜𝑚𝑒𝑠𝑎 (#2)
FanficEn otra vida... En otra vida quizá podamos encontrarnos de nuevo. En otra vida... En otro tiempo, tal vez podamos amarnos sin remordimientos.