cap.4: la verdad es mas compleja

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Astrid abrió los ojos con calma, miró a su alrededor dándose cuenta que se encontraba en el ala medica, recostada en una camilla.

En eso, varias memorias vinieron a su mente: Zephry, su herida, Camicazi, Harry, Hipo.....

Con este último, no pudo evitar sentarse de golpe mirando hacia los lados, esperando que estuviera allí.

Pero no había nadie, estaba sola.

Miro su brazo, este había sido vendado y podía sentir los puntos de la sutura debajo la gasa, le dolía, pero no era algo que no pudiera soportar.

También se percato que tenia otra ropa, una blusa negra, un pantalón de mezclilla y unos calcetines en sus pies.

Miro las botas que estaban en el suelo, acomodadas a un lado de la camilla.

Sintió su cuello liviano, se dio cuenta que no estaba su collar, miro hacia todos lados, pero no había señales de él.

Se puso las botas y se acomodo el cabello con una trenza mal hecha, siguió sentada por unos minutos, hasta que una enfermera entró a la habitación.

-oh, despertaste-dijo al verla-¿como te sientes?.

-estoy bien-contesto la rubia mirando de nuevo su brazo.

-muy bien, hare una examinación rápida, para saber si todo esta bien-dijo tomando sus utensilios para después proceder-parece que todo está bien, puedes irte me dijeron que te esperaban en la oficina del jefe Snow.

-¿quienes?-pregunto ella.

-no me dieron detalles, lo siento-dijo la enfermera tomando una libreta de notas y salir del lugar.

Astrid solo dio un suspiro antes de salir y caminar por los pasillos de la agencia, después entro a un elevador que conducía hasta la oficina del jefe.

Al parecer habían hecho algunos cambios.

Cuando salió de este siguió caminando por el pasillo, aun cojeando un poco, ya que una de sus piernas aún le dolía a caminar, cuando estuvo enfrente de la gran puerta de madera, dio un suspiro nervioso, tomó la perilla y entró.

Los que estaban adentro, enfocaron su atención en ella que había llegado, Astrid miro a todos sus amigos, y noto como habían cambiado en esos seis años.

El ambiente era incómodo.

-Astrid, que bueno que llegas querida-hablo su abuelo para romper la tensión-por favor, siéntate.

Astrid solo lo miro y como dijo comenzo a caminar, de nuevo miro hacia los demás, pero su mirada fue a parar al castaño que la miraba desde una esquina, también había cambiado se notaba en su mirada.

-Cami-dijo ella al notar su presencia en la sala, fue hasta con ella para ver si se encontraba bien-¿como estas?, ¿te sientes bien?.

-oye Hofferson, ella esta bien, tiene suerte de que no le haya pasado algo mas-le respondió Heather con seriedad, Astrid solo volteo a verla con molestia.

-estoy bien Astrid, no te preocupes-la tranquilizo la pelinegra, mientras Astrid tomaba asiento en uno de los sillones de cuero, se sentían helados, muy probablemente por el aire acondicionado.

-bueno Astrid, la verdad es que no esperaba verte aquí, ninguno de nosotros lo esperaba-confeso su abuelo-pero al verlas heridas e inquietas, supongo que algo malo paso, así que, ¿Qué fue que paso?.

-es complicado Jefe-dijo Camicazi, siendo interrumpida

-mi hija, abuelo-soltó Astrid directamente sorprendiendo a los demás presentes en la sala-una personas nos atacaron, trataron de matarnos, se llevaron a mi hija, la secuestraron.

Agente Hofferson IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora