Cap. 23: Dejar que lo malo se vaya.

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Hipo corría lo más rápido que sus piernas le dejaban. Apenas se había enterado que Astrid estaba en el cementerio, salió de la casa.

Estaba preocupado, por qué esto podía ser bueno o malo. Bueno por qué Astrid  estaba enfrentando aquel miedo de una vez, pero malo por qué hacer aquello podría afectarla mas de lo que ya estaba.

Pero cual fue su sorpresa cuando al llegar a la entrada se cruzó con ella saliendo del cementerio, con una mirada tranquila.

-Hipo, ¿qué haces aquí?, ¿pasó algo?-preguntó al verlo jadeando y con una expresión de preocupación.

-te estaba buscando-contestó como pudo a la vez que seguía mirándola-me dijeron que estabas aquí y no quería que estuvieras sola.

Una sonrisa de ternura se formó en los labios de la rubia ante las palabras de su novio.

-estoy bien, solo quería venir a ver..-se excusó torpemente volviendo a mirar hacia las lápidas de su familia-solo quiero estar más concentrada en traer a Zephyr de nuevo a casa.

Hipo sabía que algo malo pasaba y lo que ya era un hecho es que ella lo ocultaba y si el no la conociera lo suficiente, probablemente le creería. Aunque no era así, y notó por la forma en que respiraba que estaba intentando no derramar lágrimas delante de él.

-¿estás segura?-indagó acercándose a ella y acariciando uno de sus brazos-sabes que no tienes por que ocultar lo que te pasa.

-lo se-contestó ella sin despegar su vista de los ojos del chico con una expresión mas seria-prometo que estoy bien..

Intentó pasar por uno de los lados de el con intención de ir a casa, pero para su sorpresa el chico tomó con fuerza su brazo obligándola a mirarlo.

-¿por qué sigues mintiéndome?.

-¿que diferencia habría si lo hiciera?, no es como se no conocieras como se siente esto-minimizó ella volviendo a verlo con una expresión seria-no te preocupes por mi, es un sentimiento que viene y se luego se va.

-jamás se va-aseguró el ojiverde-y lo sabes, no trates de aparentar que estás bien. Por favor no me mientas.

Dando un suspiro cansado, agachó la mirada y con su mano libre deslizó la mano del chico que sujetaba su brazo hasta su mano.

Y luego de eso caminaron hacia la casa en un silencio que dejaba en claro que ambos volvían a sentirse tensos.

Como si todo estuviera bien entre ellos saludaron a sus amigos y familiares que estaban en la casa antes de subir a su habitación.

Dentro de esta cerraron la puerta y sin tomarse la molestia de sentarse o de separar sus manos, ella decidió hablar.

-no me puedo concentrar en recuperar a Zep, si no logro que lo que pasó ya no me afecte tanto me voy a volver loca y no creo que... no creo..-habló ella con más seriedad sintiendo su voz apagarse a la vez que se pasaba su mano libre por el rostro ante la frustración-no te molestes por no decirte, pero es algo que tengo que hacer solo yo.

-no estoy molesto contigo-aclaró con más calma-sin embargo no tienes por que enfrentarte a esto sola. Déjame ayudarte.

Ella negó bajando la mirada.

-la prioridad es traer de vuelta a Zephyr, lo demás no es importante-respondió para molestia del chico-puedo manejarlo.

-Astrid tu también eres importante para mi y no quiero que enfrentes esto sin ayuda-aclaró soltando su mano para acariciar ahora su cabello rubio-eres fuerte y créeme que estoy convencido que podrás manejarlo, eres Astrid Hofferson la mujer más valiente que conozco, pero no quiero que estés sola. Por qué ya no lo estás.

Agente Hofferson IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora