Cap.25: El dia antes de..

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“Solo un día más”.

-solo un día más‐se repitió Astrid en un susurro.

Tenía sus ojos cerrados con fuerza y sus brazos rodeándola de igual forma, intentando mantener a raya sus emociones.

Se la había pasado en vela esa madrugada pensando en tantas cosas, pero principalmente en recuperar a Zephyr.

Su ansiedad llegó a ser tan grande que tuvo que salirse de la cama intentando no despertar a su novio, necesitaba moverse y de manera inconsciente dio vueltas en la habitación regulando su respiración.

Cuidaba el no ser ruidosa, no quería que Hipo la viera en ese estado, no ahora.
Si la veía así, era más probable que no la dejara ir por Zephyr y si había algo que Astrid odiaba mucho era quedarse de brazos cruzados.

Al final se quedó sentada en el sofá de la habitación mirando hacia la ventana de enfrente; la cual dejaba justo a la vista la que fue su casa.

Le quedaba claro que verla no la hacía sentir mejor, y que ignorar lo que había pasado solo hacía que su ansiedad creciera.

Desde que su pequeña le fue arrebatada, había tenido un recuerdo desagradable de ella misma, y eso la ponía de malas. La entristecía.
Y hasta que no la tuviera de nuevo en sus brazos, sana y salva, no se le iba a quitar de la cabeza.

El tiempo se le pasó volando, tal vez pasaron horas, pero cuando la luz del sol entró por la ventana se metió a la cama antes de que su novio despertara.

Abrazó al castaño por la espalda y aspiró el aroma de su cabello dejándose llevar por la sensación tan agradable que le causaba.

A los minutos lo sintió removerse, girando hacia ella, dejando ver sus ojos verdes que no paraban de admirar los suyos. Estaban tan cerca que sus labios rozaron entre ellos y sus alientos chocaban.

-hola-saludó con una sonrisa que fue correspondida, un pequeño gesto que la hizo sonrojar.

-buenos días-acarició su mejilla notando sus cansados parpados-¿dormiste?.

-lo hice-dijo pasando su mano por sus mechones caoba-¿cómo estás?.

-teniéndote a mi lado, estoy bien-admitió esperando que ella dijera algo, pero solo se limitó a besarle la frente-hay algo que no me dices, ¿qué tienes?.

-aun sigo angustiada-confesó volteando hacia el techo-mañana es el día en que tendremos a Zephyr y eso me pone a pensar en mucho...

-la volveremos a ver, mientras sigamos el plan, todo saldrá bien-aseguró acariciándole la cintura-confía en mi.

-lo hago-finalizó robándole un beso fugaz que lo dejó sin aliento, para luego sentarse en la cama y mirar a la ventana de nuevo-ya amaneció, falta poco para que los demás despierten.

-entonces, disfrutemos de los pocos minutos que nos quedan de paz-comentó el castaño volviendo hacer que se recostara y así pudo aferrarse más a la rubia recargando su rostro en su pecho sintiendo los latidos de su corazón.
Aquello le provocó una sonrisa genuina que solo hizo que su mano acariciara su cabello.

-cuando los gemelos intenten hacer el desayuno van a dejar un desastre, así que es mejor estar despiertos por si queman la alacena-no pudo evitar reír contagiándola.

Agente Hofferson IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora