Cap.18:junto a ti.

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Astrid podía jurar que desde que regresó a New York, dormía cada vez mejor, y más cuando Hipo la estrechaba en sus brazos.

Sin embargo aun seguía inquieta, sabía que aquello que sentía al dormir era por qué le mantenía en secreto a Hipo que el era el padre de su hija.

No obstante esa noche, después de hacer el amor con el hombre que amaba, el cansancio la estaba venciendo y no estaba dispuesta a dejar de luchar por mantener los ojos abiertos.

Temía que al despertar se encontrará sola, que todo lo que había pasado era una simple jugada de su mente y que Hipo se marcharía de su vida de nuevo.

Pero el solo sentir la calidez de el castaño a su lado, y las caricias de su espalda la hicieron quedarse dormida, aunque lo que de verdad la hizo conciliar el sueño fueron las palabras de su amado contra su oído:

"descansa preciosa...yo estaré aquí"

Con una facilidad increíble quedó profundamente dormida entre los brazos de Hipo y esa noche fue la primera vez que descansó como jamás lo había hecho en su vida.

Sin embargo cuando los primeros rayos del sol se colaron por la ventana, abrió sus ojos con pesadez, aun estaba cansada.

Aunque eso no evito que sus labios formarán una sonrisa enternecida al toparse con un tranquilo Hipo que dormía acurrucado a ella, con la respiración calmada y sin dejar de abrazarla.

Con suma delicadeza de no despertarlo le acarició sus mejillas, para después apartar algunos mechones de su cabello caoba de su frente.

Sin resistirse le propinó un beso en la frente que lo hizo suspirar aún estando dormido.

Volvió a recargar su cabeza en el pecho del chico, cerrando los ojos un momento disfrutando de su cercanía con el.

Fue entonces cuando sintió las ligeras caricias que el le daba en la espalda por encima de la ropa y al alzar la mirada, para verlo de nuevo, se dio cuenta que aun tenía los ojos cerrados, pero con una pequeña sonrisa que lo delataba.

-estás despierto, no finjas-habló ella con una sonrisa en el rostro.

-buenos días a ti también M'lady-saludó sin abrir los ojos aferrándola más a el.

-buenos días-devolvió el saludo volviendo a cerrar los ojos, se quedó junto a él otro rato, pero al cabo de unos minutos volvió a abrirlos-tenemos que irnos.

-creo que pueden esperar unos minutos-susurró el contra su oído antes de besarle la sien-solo quiero quedarme contigo.

-tendremos mucho tiempo después-dijo Astrid acariciándole el cabello de la nuca.

-está bien-aceptó finalmente el joven, a lo que la chica se levantó un poco recargándose en uno de sus codos para poder verlo.

-¿en qué piensas?-preguntó después de que el abriera los ojos y se perdiera en su mirada por un rato.

-en nosotros-reveló de pronto dejando confundida a la rubia.

-¿a qué te refieres?-cuestionó sin evitar que su voz saliera temblorosa.

-no, no, no es algo malo, tranquila-respondió con rapidez al verla tan inquieta, sentándose en la cama antes de atraerla hacia el, lo que hizo que ella suspirara tranquila-quiero decir... después de lo que ha pasado entre tu y yo, y lo qué paso anoche-volvió a recordar sonrojando tanto a la rubia como a el-estoy convencido de que no quiero irme de tu lado, eres una mujer increíble Astrid Hofferson y sabes que te amo con todo el corazón, no quiero vivir en un mundo sin ti, lo que más deseo es que me des una oportunidad de ser el hombre al que amas, pero ¿tu estarías dispuesta?.

Agente Hofferson IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora