Cap. 14: lo siento.

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Después de estar más de dos meses sin actualizar, aunque estoy de nuevo con nuevo capítulo.

Pero con mucho drama.
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-Astrid, por favor-pedía Hipo con la voz entrecortada con la rubia aun en sus brazos; quien intentaba alejarse de el, llorando en silencio.

-suéltame, por favor-insistió ella cansada, pero sin dejar de forcejear, comenzando a sentirse débil, al igual que el-si no voy, la van a lastimar, no quiero que le hagan lo mismo que a mi...

-no puedo dejarte ir, lo lamento, no las perderé a las dos-repitió el con seguridad, mirándola a los ojos, pero ella solo negó cerrando con fuerza los ojos, dejando que sus lágrimas cayeran, golpeando levemente el pecho del chico.

-te odio, te odio, te odio-los golpes comenzaban a incrementar de fuerza, para después mirarlo con furia-si algo le pasa a Zephyr, te juro que te voy a odiar, por el resto de mi vida.

Ante la amenaza el chico sintió un dolor en su pecho, un dolor que no había sentido desde hace seis años.

Sin embargo estas palabras también lo habían hecho enojar.

Estaba a punto de hablar, pero el sonido de disparos y que dos balas golpearan el cristal del auto, hizo que se detuvieran, desviando la mirada hacia donde provenían encontrándose con varios hombres que se dirigían hacia ellos en una camioneta blindada.

-sube-ordeno el ojiverde, abriendo la puerta del auto a su lado, dejando que ella pasara primero hasta el asiento del copiloto; ya que no podía separarse de él, a causa de las esposas.

Así que después de que ella subiera, el chico subió, para tomar un par de cables, cruzándolos hasta encender el auto.

-¡abajo!-ordeno Astrid empujando la espalda del chico hacia abajo, al igual que ella también se agachaba, al mirar que estaban por dispararles, siendo que las balas impactaron contra las cabeceras de los asientos y los cristales dejando varios agujeros en ellos.

Hipo tomó el volante acomodando la palanca en reversa y pisando el pedal, retrocediendo con rapidez mirando hacia atrás, siendo sorprendido por Astrid que tomo su arma de su cinturón. Comenzando a dispararle a la camioneta por el cristal del auto, al no poder alejarse de Hipo.

-no le harás daño, la camioneta esta blindada-comento el castaño con seriedad concentrado en no estrellarse, mirando por los retrovisores.

-no me digas-contesto la chica con sarcasmo-si me quitaras las esposas, podría dispararles mejor y tu podrías escapar de ellos.

-eso no sucederá-negó el chico con una sonrisa irónica-¿que me asegura que no intentaras escapar?.

-¡¿estas idiota o que te pasa?!-pregunto ofendida, con una evidente molestia-¡de todos modos no estarían a salvo!, ¡los enviaron a matarlos!-concluyo señalando a la camioneta blindado de en frente.

-¿en serio?-pregunto con sarcasmo, girando el auto, cambiando la palanca, acelerando, al mismo tiempo que salía del estacionamiento a la autopista.

-hay..eres un...-intento decir ella, pero se detuvo mirando al frente, a lo que el chico solo suspiro intentando calmarse-jamás debí volver.

-no digas eso-regaño el chico negando, volviendo a molestarse, siendo aún seguidos por la camioneta.

-es la verdad, debí buscarla por mi cuenta, esto es mi culpa, debí quedarme allí y nunca regresar, esta claro que solo traigo problemas-menosprecio ella-tal vez aun, seguiríamos tranquilos.

-entonces deberías volver, si es que tanto te quieres ir y olvidarme a mi y a los chicos y a todo lo que hemos hecho por ti-escupió con furia, hiriendo a la chica.

Agente Hofferson IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora