Capitulo 6. Infancia

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09/04/??

El haberlos visto sonriendo sin nadie que los moleste, sin sufrimiento... Me causaba alegría en lo más profundo del corazón...

Recuerdo que en el pasado los gritos, llantos y golpes reinaban el lugar, escuchar como mamá lloraba y se quejaba con la abuela que papá nos obligaba a entrenar duro a pesar de ser solamente niños, no le gustaba ver el poder de flamas que yo tenía... Le recordaba a él.

La presión en mis entrenamientos era demasiada... Tanto que el mismo estrés causó que mi cabello rojo se volviera blanco, usualmente dicen que salen canas por mucho estrés.

¿Pero en un niño? ¿Era correcto?

La verdad ni yo lo sabía, recuerdo los golpes y gritos de mi padre, a pesar de ser el producto defectuoso me siguió entrenando porque sabía que tenía potencial, pero sus rechazos cuando le pedía cariño o elogios me los tenía que tragar... A él no le importaba.

En cuanto a Natsuo y Fuyumi, jamás los entrenó, siempre los ignoraba y si lo intentaban abrazar recibían un empujón... Para Enji Todoroki, el cariño y amor no existían, era algo irracional, siempre decía que si queríamos ser alguien en la vida, debíamos ser los más fuertes, los juegos tampoco existían, solo el entrenamiento para convertirse en alguien importante, en poder superar al número uno; All Might.

De pequeño solía creer que él tenía razón, pero en lo que nunca estuve de acuerdo era en el rechazo.
Al vivir por años así, tuve que acostumbrarme, seguir sus órdenes y actuar como él quería para complacerlo, mi prioridad era demostrarle que podía, quería enorgullecerlo...

¿Era mucho pedir que tan solo por un día me dijera que me quería, me abrazara?

¿Era mucho pedir que dijera que estaba orgulloso de mi y que estarías más?

Parece que si... Mis deseos fueron en vano e inalcanzables, incluso llegué al extremo, entrenaba solo, había perdido lo que como niño me identificaba.
Solía ser animado, enérgico y siempre veía primero que mis hermanos estuvieran bien...

Pero todo cambio aquel día, me calcine con mis propias llamas, sabía que eran más fuertes que las de mi padre, incluso solía decirme que tuviera cuidado, que tuviera bajo control mis sentimientos... Un movimiento en falso y podría matarme a mí mismo.
No hice caso, el tan inesperado acontecimiento sucedió, mis llamas sobrepasaron los 2.000 grados y no quedó nada más que una mandíbula y cenizas... Me creyeron muerto.

Creía que no volvería a ver la luz del sol, que mi vida había terminado así, pero al despertar la realidad fue diferente... Era una persona totalmente distinta. A excepción que la sangre de mi patética familia seguía corriendo por mis venas, que asco... Me repugna de verdad.

El Diario De DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora