Cuatro

1.3K 246 33
                                    

Jamás dejaré que alguien diga que me rendí luego de haberlo intentado tan poco.

—MelhaDragon.

🤍

El elevador ya funcionaba, por lo que ya no era necesario ayudar a Hoseok, pero aún así, se ofreció a seguir haciéndolo.

Se escapaba constantemente de su trabajo para visitar a Hoseok que siempre se encontraba dando vueltas por el condominio con los perros. Comenzó a hacerse costumbre que todos los días, Jungkook ayudaba a Hoseok a entregar a los perros, para después, ir a la construcción y explicarle los pequeños avances que se habían hecho. 

—¿Quieres que te ayude? —Hoseok negó de inmediato.

—Es aburrido y tardado —Jungkook sonrió.

Era hora de que Hoseok hiciera el registro de las ganancias y Jungkook se estaba ofreciendo a ayudarlo, o por lo menos, hacerle compañía.

—No importa, vamos —sujetó el brazo de Hoseok y juntos llegaron al escritorio.

—No era necesario —seguía insistiendo Hoseok con la cebeza baja.

—No te preocupes, ¿puedo revisar la hoja? —le preguntó a Hoseok. El contrario asintió de inmediato y le entregó la hoja. Jungkook leyó que venía el nombre de las personas del condominio con el número de su hogar, el nombre del perro y el tiempo que querían que fuera paseado, en otra columna venía lo que debería ser el precio, Hoseok anotaba la cantidad y así era entregada al dueño—. Si quieres, tu dime las cantidades y yo las voy anotando, así será más rápido, ¿si?, si acabamos temprano te invito a dar una vuelta.

No fue difícil ver que Hoseok se sonrojaba, un acto que se le hizo increíblemente tierno a Jungkook, Hoseok asintió aunque en el fondo Jungkook sentía que Hoseok no estaba confiando por completo en él pues de vez en cuando le pedía la hoja para revisar que Jungkook estuviera escribiendo la cantidad correcta. Por supuesto que él no le dijo a Hoseok que sabía que desconfiaba de él. Entendía por qué, se acababan de conocer y no era muy común que alguien quisiera ayudarte de esta manera, por lo que Jungkook ya le entregaba la hoja cada cierto tiempo para que la revisara sin necesidad de que este se la pidiera.  

—Es el último —le dijo Hoseok. 

Miró su reloj, eran las nueve de la noche, por lo que era poco probable que encontraran un lugar abierto, pero podían intentarlo.

Bajaron a la entrada del condominio, el policía se acercó a Jungkook—. ¿Quiere que traiga su coche? —Jungkook asintió y le entregó las lleves.

—¿T-tu coche? —la suave voz de Hoseok se escuchó detrás de él, se giró para ver que se encontraba con la cabeza agachada y jugaba con sus manos como un acto de nerviosismo. 

—Si, ¿qué tiene? —Hoseok se mordió el labio.

—¿Me creerás si te digo que nunca me he subido a un coche? —Jungkook se quedó callado, si, le sorprendía. 

—¿En serio?

—Bueno, quizás de chico, pero no lo recuerdo, por lo menos no me he subido a uno desde que tengo memoria —Jungkook asintió y se acercó para tomar la mano de Hoseok, quien se asustó al principio pero pronto se relajó.

—¿Entonces prefieres que nos vayamos caminando? no tengo problema con eso —Hoseok lo pensó por unos segundos. 

—No, está bien —el policía llegó con su coche, le entregó las llaves y Jungkook ayudó a Hoseok a subir al carro.

Your Voice. JunghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora