Diecisiete

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No podía creer lo que el doctor le había dicho.

Había una gran posibilidad de recuperar la vista. Le programaron la operación dentro de unas semanas pues primero debía de hacerse unos estudios. Pero nada más. Solo era cuestión de esperar y saber sí podría volver a ver o no.

Acostado en su cama pensaba en todo lo que había pasado en estos días. Sufrió un poco cuando le dijeron el precio de su operación, había estado ahorrando por años así que no fue tanto, pero sí le quitó la mayoría de dinero. Incluso Jimin tuvo que prestarle algo para que pudiera pagar el restante. Y no es como que no le alcanzara, sino que se hubiera quedado en ceros y todavía tendría que comprar cosas para sobrevivir mientras se recuperaba.

Por otro lado, Jimin se quedaría en su casa mientras se recuperaba de la operación, su amigo había pedido unos días en su trabajo, pero no los suficientes como para cuidarlo todo el rato. Aún así se encontraba agradecido con él pues lo iba a ayudar en todo este proceso.

Otra cosa que pasó fue que llegó la nueva persona que ayudaría con los perros de la otra parte del condominio. 

No pudo hablar mucho con él pues solo los presentaron, tendría que enseñarle lo que se tenía que hacer en el condominio, el reporte de pago, el depósito, la entrada, y los lugares a los que podía llevar a los perritos. Mañana comenzarían para que el chico, Sung Yeol, aprendiera lo más pronto posible.

Se acomodó mejor en la cama, había cenado hace unos minutos, no fue algo pesado pero sentía su estómago lleno, tomó aire y sus ojos se cerraron para intentar relajarse, un recuerdo recorrió todo su cuerpo.

Las manos y boca de Jungkook sobre él. 

Ese día que se quedaron haciendo el reporte y de un momento a otro tenía a Jungkook recorriéndolo por completo. Aún podía escuchar la respiración de los dos y sentir el nerviosismo por lo que estaba pasando.

Jamás lo habían tocado así y se había sentido tan bien. 

Sabía que debería dejar de estar pensando en eso, porque sino, cierta parte de su cuerpo iba a despertar y no era lo que necesitaba en este momento.

Así que, con todo el esfuerzo del mundo se quedó dormido.

🤍

Yeol aprendía rápido.

Y eso era bueno porque así podría dejar de sentir tanta vergüenza como la estaba sintiendo ahora.

—Hoseok, no necesitas preocuparte por eso, yo puedo intentarlo —le dijo el chico muy amable.

Él quería darle un recorrido por todo el condominio, pero todavía no se aprendía el camino de la nueva parte. Así que estaba chocando a cada rato y no quería ayuda de Yeol.

Ya le había explicado cómo era el ingreso y cómo tenía que llenar su ficha para que le permitieran el acceso.

Fueron por los perritos de la parte del condominio en el que él trabajaba y le explicó cómo tenía que ir por ellos. Las correas se encontraban en un cuarto junto a la conserjería y las llaves se las tenía que pedir a la recepcionista. 

—¿Y qué haces con los perritos?
Le preguntó Sung Yeol.

—Solo damos vueltas, el jardín es muy grande y los dueños no quieren que nos alejemos mucho del edificio.

Yeol asintió.

—¿No juegas con ellos?

Hoseok negó.

—No puedo. Si uno se me escapa no podría saber a dónde van.

Yeol se quedó callado un momento.

—¿No se te han escapado nunca?

Your Voice. JunghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora