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—No me quiero ir, por favor no.

—Katsuo.

—Por favor, por favor.

—Kenji. Dioses, son imposibles.—Izuku dejó salir todo el aire que retenía y giró sus ojos hacia el cielo, en una súplica silenciosa.

—¿Problemas en el paraíso?—Kirishima apareció a su lado con esa sonrisa que justo ahora tenía muchas ganas de golpear, pero no lo hizo.

—Los niños no quieren entrar al agua, le tienen miedo a algo y no tengo idea de qué es.—el peliverde se dejó caer en su silla reclinada, a un lado la diminuta Tani se mantenía entretenida con las figuras que el sol creaba en su sombrilla.—¿Dónde está mi escandaloso esposo?

—Con Sero y Ochako, cada uno tiene su definición de hamburguesa. ¿Puedo ayudar en algo?

—Convence a los niños de entrar al agua.—Izuku ni siquiera miró a Kirishima, lo había dicho como una broma sin gracia pero era algo que esperaba sucediera.

El pelirrojo dejó a Izuku para ir con los niños que sólo miraban de lejos el agua donde sus hijos y todos los demás jugaban, ambos lucían como si esperaran que algo saliera del agua de repente.

—Hey, mocosos. Vamos al agua, todos están dentro y son los únicos loquitos que todavía ni se salpican una gota.—Kirishima jaló a ambos niños de las manos sacándoles un grito, eso lo detuvo.—¿Qué?

—No queremos. El agua se ve aterradora.

—Hay un monstruo ahí de seguro.

—¡Nos va a comer los pies!—Katsuo agitó sus manos intentando safarse de su tío para correr más lejos del lago, pero Kirishima no se lo permitió.

—¿De dónde sacaron esa tontería? Este lago es precioso y no voy a permitir que un Bakugo lo insulte así. Ochako vive aquí y es muy seguro.

—Papá y papi vieron en la tele a un monstruo malvado que vivía en el agua.—Kenji miró al lago de agua oscura, no por suciedad o alguna cosa así, la dirección del sol y su estatura no le permitían ver más que un pozo negro enorme.

—Creo que decía Deep rising, tío. No nos gustó. Nos fuimos a la habitación de Kenji a protegernos del monstruo.

Kirishima por fin entendió todo, había descubierto la razón por la que los hermanos Bakugo-Midoriya le temían al lago, una mala película de terror. Rápidamente fue con Izuku llevando a ambos con él, le tocaba buscar la solución.

—¿Qué pasó? —Izuku bajó un poco sus gafas cuando el pelirrojo se paró frente a él con un niño de la mano por cada lado.

—Tu tonta película de terror asustó a los niños. No puedo creer que los dejaran ver eso. ¡Ahora le temen al lago por algo que ni existe!

—¿Película de terror? Jamás dejaría a mis niños ver esa clase de cosas a su edad. ¿Qué película fue? —el peliverde se enderezó en su asiento para acercarse un poco más a sus pequeños, al mismo tiempo intentando recordar qué película habían visto.

—La del mounstro adentro del agua. Papá y tú la vieron en la sala. Kenji no quería dormir y yo tampoco, pero cuando fuimos con ustedes estaba ese monstruo y mejor sí queríamos dormir. —Katsuo le explicó a su padre con un tierno puchero, sujetando la mano de su tío con fuerza tal vez por el recuerdo de la película.

—Oh... Lo siento, mis bebés. Vengan con papá. —Izuku extendió sus brazos para que sus hijos fueran hacia él, y lo hicieron. El peliverde no recordaba esa película porque no la vio, exactamente.—Eso no es real, pequeños. Es ficción, ningún monstruo saldrá del lago a hacerles daño. Todos han estado divirtiéndose dentro y ustedes por pensar en algo que no es real se lo están perdiendo. Además, si hubiera algo malo ahí dentro, los más grandiosos héroes estamos aquí.

Los dos niños se miraron a los ojos unos cuantos segundos, analizando las palabras del peliverde mayor y dándose confianza uno al otro. Con duda aún en ellos, se separaron de su padre y una vez más pensaron sobre la situación; su familia eran los grandes heores de Japón y estaban en la casa de su tía Ochako, estaban a salvo.

—Entraremos al agua, pero sólo con papá. —Kenji asintió a las palabras de Katsuo, Izuku sonrió satisfecho.

—Vayan con él.

Izuku volvió a acomodarse en su asiento y se puso de nuevo sus gafas, pero Kirishima aún no se iba.

—¿Qué sucede?

—¿Por qué no vieron a los niños acercarse a ver una película de ese tipo?

—Uhm, Kacchan y yo estábamos es una situación comprometedora, no los vimos. Y que bueno que ellos a nosotros tampoco, su trauma hubiera sido más... difícil.

—¡Oh dios! Que asquerosos son. ¡Y en la sala! No puedo creerlo, me voy, me voy con un nuevo trauma. ¡Siempre es lo mismo con ustedes!

Izuku rió viendo a Kirishima alejarse con quejas y ademanes exagerados, no era su culpa que el pelirrojo siempre apareciera en ciertas situaciones incómodas para los tres. Agradecía que sus pequeños hijos no vieron más allá de la enorme televisión en la sala, tachando mentalmente el lugar de sus opciones para divertirse con su esposo, después le diría a Katsuki.










—¿Ya no quieres más comida?—Katsuki se acercó al peliverde, quien vigilaba a sus niños divirtiéndose en el agua al mismo tiempo que mecía a la bebé en sus brazos.—Te ayudo con Tani.

—No. Estoy lleno, amor.—Izuku le pasó a la pequeña con cuidado, estirando sus brazos cansados y sintiendo el agradecimiento de sus extremidades.—Tus dos hijos le temían al agua hace unas horas y ahora no quieren salir de ahí, ¿puedes creerlo?

—No esperaría más de nuestros pequeños, son tan Midoriya.—Katsuki le guiñó el ojo, el peliverde jaló aire ofendido.—Es broma, cariño.

—Lo dejaré pasar por ahora, Katsuki. Y por cierto, debemos conformarnos con nuestra habitación, la sala ya no es lugar seguro. Nuestros niños son grandes y desobedientes.

—¿Por qué? ¿Sucedió algo malo?

—Casi, nos salvamos por nada y un monstruo de la televisión.

—¿Qué?

—Ya no pienses en eso, cariño. Sólo en el hecho de que tendremos a nuestros tres niños tan cansados que dormirán toda la noche sin interrupciones.—con voz suave, Izuku se fue acercando a Katsuki hasta envolverlo por completo con sus brazos por la cadera.—Ellos en su habitación, y nosotros en la nuestra. Total tranquilidad.

—Deku...

—Shh, sólo tenlo en mente.
























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I don't want to go (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora