I don't want to go (KatsuDeku)

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—No me siento bien.

—Estás bien, bebé.—Izuku le sonrió leve a Katsuo.

—No me quiero ir. No me quiero ir, papi, por favor...

Izuku miró con tristeza a su pequeño hijo.

—Kats, bebé, sólo serán unas cuantas horas.

Era el primer día de preescolar del pequeño Katsuo, y ni él ni Izuku querían dejarse ir. Katsuo no quería dejar a su padre solo con el pequeño Kenji mientras su segundo padre estaba en una misión, razón por la que no estaba ahí, e Izuku no quería ir a dejar a su bebé inteligente de tres años en ese lugar durante medio día. Él tampoco quería que se fuera.

—Pero no quiero ir, papi.—el niño hizo un puchero con ojos acuosos.

—Katsuo...—Izuku suspiró.

No quería ceder. Pero estaba a punto de hacerlo.

—Por favor, papi. Mañana sí, lo prometo. Papá Kacchan ya estará contigo.

Si Katsuo seguía insistiendo con esos ojos de cachorro y ese puchero tan tierno, Izuku no tendría ninguna otra opción que obedecerlo. Este era ese momento en el que se arrepentía de haberlo enseñado a conseguir todo lo que quería de esa manera, principalmente con Katsuki.

—Papi...

—¡Oh Dios! Está bien. Pero sólo hoy, Katsuo.

Izuku suspiró derrotado y todo el rastro de tristeza desapareció de Katsuo siendo remplazado por una enorme sonrisa que casi partía su pequeño y dulce rostro.

—¡Sí, papá!—brincó a los brazos de su padre abrazándolo por el cuello y sin ganas de soltarlo nunca.

—Oh, bebé...—Izuku lo envolvió entero entre sus brazos, por hoy, no lo dejaría solo.

Aprovecharon el día para salir a hacer las compras en el supermercado, además de que querían preparar juntos algo para Katsuki, también les hacía falta helado y donas. Izuku intentaría hacer katsudon para su esposo tratando de imitar el sazón de su madre, y algún otro platillo que no fuera tan difícil en caso de que su primera opción fallara. Katsuo estaba emocionado porque su padre le había dicho que le permitiría ayudarle.

—No quiero.

—Oh, bebé. Vamos, este platillo lleva varias verduras pero aún así sabe delicioso, te lo juro.—Izuku terminó de lavar todas la verduras que ocuparía, dándole una mirada con ojos muy positivos al pequeño a su lado.

—Pero saben feo, no las quiero.—un puchero molesto se instaló en el rostro de Katsuo.

—Pues ni modo. Si faltas a clases lo pagas con muchas verduras en la cena.—Izuku le mostró su lengua de forma infantil a su hijo, quién verdaderamente se indignó por la expresión de sorpresa en su tierno rostro.—No puedes ganarme dos veces seguidas, cariño.

Izuku rió en serio, pasando las verduras a un escurridor. Katsuo no dijo nada más pero miró a su padre de forma acusatoria, de igual manera sin irse de ahí. Sólo hasta que escuchó una queja leve de bebé, fue entonces que su instinto de hermano mayor lo hizo correr con Izuku detrás caminando a su ritmo, riendo a causa de un Katsuo tan protector.

—Hola, Kenji. Duermes mucho, con papi ya estamos haciendo la cena de hoy.—el pequeño peliverde acercó su mano a las mejillas de su hermanito, quien al verlo paró sus quejidos y le extendió los brazos.—Oh, yo aún no puedo cargarte. Lo siento, hermanito.

—¿Quieres intentarlo, Katsuo? Hay una forma pero sólo si te acomodas en el sofá donde no hay tantos peligros. ¿Uhm?

—¡Sí, sí quiero!—con emoción, Katsuo corrió a subirse al sofá frente al televisor y se acomodó dejando mucho espacio delante de él, su pequeño cuerpo llenando apenas la mitad del asiento.

Izuku sacó a Kenji de su portabebé y con cuidado lo puso en medio de las piernas de Katsuo, poniendo los brazos del pequeño peliverde de una forma que aseguraran a Kenji y ambos estuvieran cómodos. Por último, prendió el televisor en sus caricaturas favoritas para volver a la cocina, vigilando cada tanto disimuladamente para que Katsuo se sintiera mayor.

—Cuida de tu hermano, Katsuo. Estaré en la cocina.

—Sí, papi. Estará seguro conmigo.—una expresión altiva acompañando su sonrisa.

Izuku volvió a sus deberes, orgulloso de su bebé grande y guardando un recuerdo digital de la primera vez de Katsuo cuidando de Kenji como un buen hermano mayor. Se lo mostraría a Kacchan cuando regresara.

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