Capítulo 2.

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Sebastián mira a Diego y después a César, para luego terminar sus ojos sobre mí.

—Inesperado, ¿Verdad?

—¿Por qué? —inquiero, intentando restarle importancia a lo que Diego había dicho de mí.

—Pensé que te sorprenderías —dice César—, pero luces como si es algo que ya supieras.

—¿De qué hablas, Jasib?

—Diego dijo que le pareces bonita pero no hay sopresa en ti...

—A ver, cachorro —interrumpe Sebastián—. Creo que ya sé por dónde va tu comentario y más vale que no lo digas.

Córdova me mira unos segundos y hace una expresión como diciendo "yo me encargo".

—No, Sebastián —digo—. Deja que diga lo que tiene que decir.

—¿Hay algo entre ustedes?

—Yo no soy como tú, César —todos me miran con expresión de sorpresa—. Y más vale que dejes de aprovechar cualquier oportunidad que pueda involucrar nuestra relación fallida y te concentres en ganar la put* medalla.

Ricardo pone su mano sobre la mía y me observa con una mirada que transmite tranquilidad. Sonríe un poco y eso hace que me relaje. Siento la mirada de Diego sobre nosotros pero la quita cuando alguien más entra a la habitación.

—Hey, ¿Qué hacen? —Memo nos mira sonrientes.

—Estábamos jugando —respondo—. Pero yo ya me voy.

Me levanto de mi asiento y Memo me detiene cuando paso a su lado.

—¿Qué pasó?

—Nada, Memito —le dedico una sonrisa y él mira a César con enojo.

— ¿Qué le hiciste, Montes?

—Ya te dije que no ha pasado nada Guillermo.

—No, Liliana —Memo me mira—, no lo defiendas. Siempre lo defendiste, pero ya es hora de que dejes de hacerlo. Es mi amigo y compañero pero a ti también te aprecio como una hermana menor y no voy a tolerar que te siga molestando.

Todos miramos a Guillermo en silencio. César tiene fija su mirada en la mesa. Mis ojos se detienen en los de Diego, quien me dedica una pequeñita sonrisa.

—Creí que ella podía tener algo con Diego ya que él dijo que Liliana le parece bonita y ella no parecía sorprendida ante el comentario de Lainez —confiesa César.

—No chingu*s Montes —Memo lo mira aún con molestia—. Eso es algo que a ti no te interesa, si tiene algo con él o con alguien más ya no es asunto tuyo. Te recuerdo que hace más de un año ustedes terminaron y ahora estás comprometido y con una hija... Así que te pediré que no te metas en todo lo relacionado con la vida sentimental de Liliana.

Memo no espera respuesta de César y sale de la habitación. Nos quedamos en silencio por unos segundos hasta que Mayte llega a tocar la puerta y avisar que debemos ir a cenar.

Los chicos comienzan a salir de la habitación mientras yo me quedo parada mirando a un punto fijo.

—¿Estás bien? —cuestiona Ricardo Angulo.

—Sí —lo miro y dedico una sonrisa—. Ve, ahorita los alcanzo.

Ricardo asiente y sale de la habitación, dejando la puerta abierta. Veo a Diego mirar hacia el interior, su mirada choca con la mía y se detiene para luego caminar hacia mi.

—Vamos, chica, que no es bueno que no cenes.

—Sí, en un momento los alcanzo.

—Liliana —me mira con sus bellos ojos miel verdosos y sonríe mínimamente—. No sé que haya sucedido entre César y tú, pero al menos intenta que no te afecte todo lo que dice.

Me hiciste brillar || Diego LainezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora