Capítulo 16.

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Es jueves, y Diego está casi para pasar por mí para ir al partido del América y apoyar a Mauro. Estoy un poco emocionada y nerviosa porque va a presentarme como su novia ante sus padres.

Decidí ponerme un pantalón de mezclilla azul, acompañado de una blusa manga larga negra ya que el clima está un poco fresco y unos tenis blancos.

Mi teléfono vibra y es de Diego, quien avisa que está afuera de la casa. Tomo mi bolsa y salgo de mi cuarto.

-Ya vino Diego por mí, ya me voy -anuncio a mi padre que se encuentra en la cocina.

-Que les vaya a bien.

-Gracias.

Salgo de la casa y atravieso el patio para abrir el gran portón. Diego me sonríe, me abraza y me da un tierno beso en la boca.

-Voy a saludar a tu papá -dice y se adentra a la casa.

Decido esperarlo, y tarda unos minutos. Sale de la casa en risas junto a mi padre.

-Bueno, nos vemos al rato -dice Diego.

-Claro, con cuidado. Y ya sabes, vienen a la casa a cenar.

-Sí, señor.

Diego ríe y se acerca a mí sonriente aún. Me indica con la cabeza que ya nos vamos y al llegar a su carro, me abre la puerta del copiloto y pone su otra mano en el filo del carro para que no me golpee al entrar, cierra la puerta y rodea el carro para acomodarse en el asiento del piloto. Nos ponemos en marcha y nos dirigimos al estadio.

-¿Qué es eso de que vamos a cenar en la casa?

-Ah, tu papá me invitó a cenar. Mayte también viene.

-Mmm.

Diego me mira por un segundo y vuelve la vista a la calle.

—¿No te parece la idea?

—Sí, sí me parece —digo—. Pero me acordé del tema de Mayte del martes.

—¿A tu abuela de verdad no le agradó?

—No es tanto que no le haya agradado o que le viera algo mal. Es simplemente el hecho de que no es mi mamá. A mi abuela nunca le cayó bien ninguna de las dos novias que mi papá tuvo antes de mi mamá, solamente ella se ganó el corazón de mi abuela, quien la adoró y decía que era una hija más para ella. Y cuando mi mamá murió, mi abuela realmente sufrió —agacho la cabeza—. La familia de mi papá realmente adoraba a mi mamá, así que no solo para la abuela, sino para mis tías y mis primos va a ser un poco difícil aceptar a Mayte.

—Que difícil para Mayte será esto, yo espero que la situación no le provoque problemas con tu papá.

—Sí, lo mismo espero. Yo podría hablar con mi familia pero tampoco puedo obligarlos que ya mañana la amen tanto como a mi mamá.

—Es comprensible —Diego me da una mirada fugaz y sonríe—. ¿Será que tu familia me ame así de bonito como amaron a tu mamá?

Río un poco.

—Ya ganaste el corazón de las mujeres, pero el de mis tíos y mi primo no —digo sonriente.

—¿No les caí bien?

—Yo digo que neutral, no hay un sí pero tampoco un no. Necesitan analizarte más para sacar conclusiones.

—Los impresionaré con fútbol, escuché que a tu tío y a su hijo Nahum les gusta.

—Sí —río—. Son fans del fútbol.

—Bueno creo que ya tengo una ventaja con eso.

—Totalmente.

Me hiciste brillar || Diego LainezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora