Capítulo 7.

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El partido de hoy México lo perdió. Japón se ganó la victoria con un marcador de 2-1. Un gol de Japón fue por un penal, nuevamente provocado por César. Y el único gol que México logró meter fue gracias a Alvarado.

Diego está molesto y triste por el marcador de hoy. Está acostado en su cama, sin playera y el cabello un poco alborotado, jugando con su teléfono. Ya hemos ido a cenar, así que prácticamente ya estamos listos para dormir.

—Diego —lo llamo y él me mira—. Yo sé que hoy el resultado no fue el que esperaban, pero no es como si hubieran quedado eliminados. Aún queda el partido contra Sudáfrica.

—Ya sé.

—¿Podrías sonreír un poquito?

—No me pidas eso hoy, Lili —dice y deja el teléfono a un lado.

Definitivamente hoy Diego no tiene el mejor ánimo del mundo, y es comprensible, se siente molesto porque no tuvieron el resultado esperado. Pero se preocupa de más cuando aún queda posibilidad de que pasen a cuartos si le ganan a Sudáfrica. Y tengo mucha confianza en que sí van a ganar.

Así que para no molestarlo o incomodarlo más, prefiero irme a mi cuarto y dejarlo descansar.

—Bueno, ya me iré a dormir —anuncio. Me levanto y camino hacia la puerta—. Buenas noches, Diego.

Antes de que pueda abrir la puerta, alguien más lo hace y aparece Jurado frente a mí.

—Ah, hola Lili, no sabía que estabas aquí.

—Sí pero ya me voy a mi cuarto.

—Bien, que tengas buena noche.

—Igualmente, Sebas —digo.

Salgo del cuarto de Diego y Jurado, y me encuentro con un Sebastián Córdova sin camisa y sonriente, jugando con su celular.

—Hola Lili —saluda. Se percata de que he salido del cuarto de Diego y me queda mirando— ¿Qué estabas haciendo ahí?

—Platicando con Diego pero parece que no está de muy buen humor —arrugo la nariz.

—Sí, no fue el resultado que queríamos.

—Ya sé.

Sebas me sonríe y se acerca a mí para envolverme en sus brazos.

—Te quiero mucho Liliana —dice—. Y sólo espero que seas feliz.

Tengo mis brazos rodeando su cintura, mi cabeza pegada a su pecho, pero aún así lo que dice me causa un poco de confusión y curiosidad.

—¡Que bonita escena! —chilla Henry. Saca su teléfono y captura el abrazo con una foto— Ésta va para Instagram.

Y unos segundos después me lleva la notificación de que Henry nos ha etiquetado a mí y Sebastián en la foto.

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henrymartinm

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Me hiciste brillar || Diego LainezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora