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- Hoseok paremos un momento.

- Esta bien.

Se detuvo soltando mi mano para también descansar un poco, apesar de que íbamos corriendo era largo el camino y muy agotador.

Mi ropa estaba estropeada, estaba sucia y rota debido a las ramas que habían, trate de regular mi respiración y comencé a quitar mi sudor de la frente.

Hoseok hacía lo mismo, verlo así me provocaba algo, sentía mis manos picar, seguramente me enfermare.

Me miro y me sonrió, como tratando de calmarme, siempre me había gustado eso, conocía todos sus gestos y me gustaba más este. No importaba si estuvieramos a punto de morir el sonreía de la misma forma.

- Vamos, ya falta poco.

- Estoy cansado.

- Anda, cuando lleguemos podrás descansar todo lo que quieras.

- Bueno.

Seguimos caminando sin ruido alguno, ninguno hablaba, solo se escuchaban nuestras pisadas en las hojas secas.

Pero, tenía cientos de preguntas de las cuales quería respuestas, ¿Se enojara si le preguntó?

- Hoseok.

Me gire a mirarlo y el solo hizo un sonido dándome a entender que me escuchaba, así que procedi.

-¿Quien es Jimin?

- Nadie.

- Hoseok porfavor solo-

-¿Para que quieres saber?

No me gustaba dar explicaciones, no podía solo responderme y ya.

- Lo mencionan mucho, solo quiero saber porque su vida es más importante que la mía.

- No hagas caso, cuando uno se enamora hace cualquier cosa y dice estupideces.

-¿Es malo enamorarse?

- No, lo que es malo es dejar que nuble tu juicio.

- Pero eso no responde mi pregunta, ¿Quien es Jimin?

- Un viejo amigo.

-¿No lo quieres?

-¿Querer? No, todos ellos me dieron la espalda cuando creía que estarían para mi.

- Pero no hay porque ser iguales. Hoseok deberías-

- Debería olvidarme de ellos. Están negociando, no dejaré que te aparten de mi lado.

Sentí como mi corazón se aceleraba y como mis mejillas se ponían calientes, era obvio que él lo decía de otra forma pero no podía controlar ni a mi, ni a mi corazón.

A veces me daban ganas de gritarle cuanto lo amo desde que descubrí este sentimiento, pero después retrocedía pues él solo me veía como alguien a quien cuidar y no como algo más.

𝓜𝓘 𝓖𝓤𝓐𝓡𝓓𝓘𝓐𝓝.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora