Capitulo 7

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Cris y yo nos miramos y soltamos un suspiro. Mamá se había vuelto loca, de remate, habíamos salido de la casa desde antes del medio día y nos había llevado de aquí para allá para escoger flores, manteles, comida y no se que tantas otras cosas. La verdad es que no se a que se refería cuando dijo "yo me encargo de todo", porque por lo visto lo había reservado para que fuera yo la que me encargara de toda esa mierda, y en un solo día.

-¿Crees que ya casi terminamos?-. Le pregunto a mi hermano en voz baja.

Cris suspira de nuevo mientras niega con la cabeza. -No lo se, pero francamente ya estoy harto-.

En ese momento mi teléfono suena y me dirijo a la puerta del local para responder con más privacidad.

-Vero-. Digo cuando tomo la llamada.

-Pase por tu casa y no estabas, ¿donde estas?, ¿acaso piensas dejarnos metidos?-.

Miro la hora en mi reloj de muñeca y faltan veinte minutos para la hora acordada. Luego miro a mamá hablar con la vendedora y a Cris haciendo alarde de toda su paciencia.

-¿Crees que podría ir con mamá y Cris?-.

Se que si le digo a mamá que me voy se va a poner histérica, a su manera de ver las cosas yo vine única y exclusivamente para preparar todo, sin derecho a hacer algo diferente por no haber venido con tres meses de antelación como propuso ella sino con uno.

-¿Cris está aquí?-. Vero suena algo tímida al preguntarlo. Me niego a pensar que ella aun tiene algún sentimiento guardado hacia mi hermano.

-Si, y estoy con él y con mamá haciendo... unas compras. ¿Hay algún problema con que vaya con ellos?-.

-Para nada-. Dice ya mas segura. -Solo... no te tardes-. Ella es quien termina la llamada y yo regreso a la tienda para intentar sacar a mamá de su modo anfitriona.

No fue fácil pero logre que mamá cortara el royo al menos por hoy y nos acompañara a cenar con mis amigos. A Cris no hubo que convencerlo, cuando se trata de comida gratis él esta en primera fila, además mi hermano conoce a todos mis amigos y les tiene aprecio, después de todo estudiamos juntos desde la primaria y Cris se graduó del mismo colegio.

Nos dirigimos a un restaurante exclusivo en el sector de granada, "El Peñón". Lo recuerdo porque ahí solía llevarnos papá a comer cada año en el cumpleaños de mamá.

Cris estaciona el auto cerca de la entrada y nos bajamos. Mamá me lleva de gancho y no hace más que hablar de la dichosa recepción y otras cosas en las que prefiero no pensar por el momento.

Un mesero vestido elegantemente con un traje de color negro y camisa de fondo blanco se presenta ante nosotros y le pedimos que nos lleve a la mesa de la señorita Verónica Santos. Caminamos tras el mesero y éste nos lleva hasta el segundo piso del restaurante, al área más privada.

-Adelante, bienvenidos-. Dice el hombre de pie en la puerta y extendiendo la mano para que entremos.

Doy un paso adelante y de repente me entran ganas de dar media vuelta y recoger mis pasos.

<<¿Que hace el aquí?>>.

Miro a Verónica con esa pregunta bailando en mis ojos. Ella abre los suyos de par en par y toma su teléfono enseñándomelo, entonces saco el mío del bolso y veo que tengo más de 15 mensajes de ella, pero lo había puesto en silencio y no los pude leer antes de venir.

<<Puta mierda>>.

Pero era tarde para irnos, ya todos nos habían visto, mis amigos se habían puesto de pie y estaban saludando a mi mamá de abrazo y beso en la mejilla.

SIEMPRE HAS SIDO TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora