-¿Ahora si me puedes decir que es lo que está pasando?, porque juro que estoy partiéndome la cabeza aquí amiga-.
He acompañado a Vero hasta su habitación en el hotel a instalarse, y apenas entramos ella prácticamente me arrastra hasta su cama donde me hace sentar para después sentarse junto a mi.
-Pues.. que te puedo decir... estamos juntos-. Me encojo de hombros y ella grita emocionada.
-!Lo sabía!-. Se pone de pie y empieza a caminar de un lado al otro con esos súper tacones en los que siempre anda montada.
<<¿También irá a ir a la playa en tacones?>>.
-Pero...-. Se detiene abruptamente y me mira mientras se lleva una mano a la cintura. -... no he recibido ninguna notificación de que la boda se cancela-. Niega con la cabeza.
Me quedo en silencio y ella abre su boca de forma exagerada, como todo en ella.
-Por la santísima virgen de Guadalupe, Lorena Montenegro-. Vuelve a sentarse junto a mi. -¿Tienes una maldita idea de cuantos días faltan para la fecha de la supuesta boda?-. No me permite responderle y continúa hablando. -Siete amiga, siete malditos días ¿y tú no has cancelado nada?. ¡Oh por Dios!, se va a armar la grande en tu casa-.
Me levanto molesta. Desperté con el mejor humor de todos y Vero acaba de arruinarlo.
-¿Crees que no lo sé?-. Digo con furia contenida. -¿Pero que rayos se supone que haga cuando le digo a Ian que tenemos que hablar y él no toma mis llamadas, y en su lugar dice que lo hablamos personalmente?, ¿acaso quieres que cancele la boda con un mensaje de texto?-. Levanto mis brazos sobre mi cabeza y los dejo caer de forma pesada.
<<Esto está sobrepasándome>>.
Ella se queda pensativa.
-¿Cuando se supone que debería llegar "tu prometido"?-. Hace comillas con sus dedos.
-Tres días antes de la boda-. Respondo soltando el aire.
Vero junta sus cejas y se queda en silencio por unos segundos con la mirada perdida. Está planeando algo, lo se, la conozco.
-Esto es lo que haremos-. ¿Ya ven?. -Vamos a disfrutar del viaje, cancelar la boda a siete o a tres días, para efectos prácticos es lo mismo-. Mueve su mano restándole importancia al asunto. -Eso si, dentro de cuatro días viajamos y nos aparecemos en la cena de compromiso, lo apartas de todas las personas antes de que empiecen con sus brindis y felicitaciones y la cancelas. Yo me encargo de contactar a los demás invitados y decirles que no habrá boda-. Habla rápido pero aún así hay algo que capta mi atención.
-¿Cena de compromiso?. ¿Cual cena de compromiso?-. No tenía conocimiento de que habría una cena.
-¡Ay amiga!-. Cierra los ojos y menea su cabeza con cierto pesar. -Tu mamá se encargó de planear una cena en tremendo restaurante e invitó a los más allegados, obvio que yo estoy entre esos, de hecho, todos lo estamos-. Se refiere a mis amigos del colegio. -¿Que no lo sabías?-.
Niego con la cabeza. Juro que mamá me va a sacar canas verdes.
-Pues ve enterándote y preparando el discurso que le darás a tus padres-. Agrega sin pizca de compasión por mi.
<<¿A mis padres?>>.
-¿Porque a mis padres, no debería mejor pensar que decirle a Ian?-.
Verónica suelta una carcajada.
-Ay amiga, tu tan inocente-. Y sigue riéndose. -Con todas las veces que has salido en fotografías con Juanpa y con todo lo que se ha mencionado su supuesta "nueva novia"...-. Y vuelve a hacer comillas con sus dedos. -...¿todavía crees que Ian no se ha enterado de la razón por la cual lo dejas?-.
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SIEMPRE HAS SIDO TU
RomanceLorena Montenegro regresa al país tras un auto exilio de seis años. Bueno... Ella estaba estudiando, pero también huyendo de Él. Juan Pablo Avendaño había conseguido lo que siempre quiso: ser un cantante de talla internacional. Ahora lo tenia todo...