🍒 1. Obsesión

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 PAIGE BROGLIE

Adolecencia.

Dicen los privilegiados que es la etapa más bonita de la vida, pero si me preguntan a mí o a esta  partida de payasos incomprendidos, en resumidas cuentas, es como estar muerto en vida. Un bucle constante en la búsqueda de la aceptación tanto como personal como social, en dónde lo más efímero es la destrucción misma y el incomprensible "¿Por qué ellos sí y yo no?"

¿Te doy un espóiler?

El romance no suena como "Lover" de Taylor Swift, suena más bien a frases como; "Me tengo que obligar a enterrar los sentimientos no correspondidos por esa persona", "me ignora todo el día, solo llama en las noches","¿Él piensa en mí como yo en él?, "Soy un juguete que usa y deshecha a su antojo", "¡Me miró!", "Al parecer eran más que amigos en un principio..."

No importa cuánto intentes cuidarte la piel con esa cantidad de productos faciales, siempre habrá alguien más que se verá mejor que tú sin siquiera intentarlo.

¿De verdad crees que luces bonita con esa cantidad de maquillaje? Ambas sabemos que él no notará el esfuerzo que le pusiste para llamar su atención. Hazle caso a tu cabecita; no eres más que una cerda que se disfraza para intentar sentirse bien consigo misma.

Ese recuerdo amargo te perseguirá por siempre y no habrá psicólogo que logre tratar ese escalofrío extraño que te corroe por la piel. El silencio parece escapatoria, pero en algún momento tendrás que decírselo. ¿O ya lo hiciste y no te creen? Bienvenida al club.

Puede que las heridas sanen, pero el dolor nunca se olvida.

Somos adolescentes. Buscamos refugio en lugares equivocados, escapes en dónde florecen consecuencias dañinas y sonrisas temporales. Lástima que el tiempo pone todo en su lugar, y te arrebata lo que creías que estaría contigo por siempre; ese es el precio de esta etapa agridulce; dejan huellas sucias para toda la vida.

Nacimos para cagarla una y otra vez, hasta que llegue ese paso en falso que nos haga caer al vacío.

—¡Lo hizo Paige! —dice, harta—. ¡Me rechazó el muy imbécil! Yo... No lo puedo creer, ¿Es acaso mi cara? ¡¿Tengo un grano y no me di cuenta?! ¿Es eso? —abre los ojos de par en par—. ¡Dime que no eso, muero de vergüenza!

Habla del chico que no la mira ni por equivocación.

—¿En serio estás aquí solo para hablarme de ese inepto? Por Dios, ya tengo los oídos desgastados —le doy la espalda.

Lo último que me apetecía era escucharla hablar de sus relaciones fallidas cuando mi madre se negó rotundamente a dejarme salir, cuando vivo día y noche postrada en mi cama como un ácaro.

—Solo quiero desahogarme, ¿Bien? —bufa, formando un puchero—. En la escuela nadie sabe que me desvelo por ese infeliz, ¿Qué dirían si se enteran de lo bajo que estoy cayendo por él?

Va hasta el espejo de cuerpo completo que hay en mi habitación y se mira de pies a cabeza.

—¿A quién le importa lo que diga la gente? —la miro con desagrado.

—A mí, es obvio —se acomoda el cabello—. Lo que pasa es que tú no tienes una reputación que mantener, Paige. Yo sí, soy popular, todos me adoran...

—A excepción de él —levanto las cejas.

—Ujum, ¿Ahora lo entiendes? —se sigue reparando—. Dios, mírame, parezco un espagueti. Sabes que tengo problemas con subir de peso, desde pequeña ha sido así.

Por fuera mostraba esa faceta ególatra pero por dentro estaba llena de complejos.

—No... —bufo y coloco los ojos en blanco apartándola del espejo—. No hagas eso, no te tortures.

Cherry Flavoured [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora