Cherry Flavoured [Español]

🍒 Capítulo 31 | Piña Colada [Explícito]

PAIGE BROGLIE

Cuando finalmente nos abrieron las puertas de la casa de Mika, Milo y yo quedamos estupefactos al divisar nuestro alrededor. Todo pasaba demasiado rápido; unos chicos imitaban un pirámide entre ellos mismos como porritas, otros estaban en el piso descalzos intentando tomar un vaso de Whisky sin las manos —sí, utilizaban los pies—, algunos se comían la boca en las esquinas, otros cantaban entre saltos y gritos cada letra de las canciones...

Cuando uno de los cielo rasos se viene al suelo, Mika se lleva las manos a la cabeza dejando caer una bandeja de Whisky.

—¡Carajo! —exclama, horrorizada—. Tengan más cuidado, ¿quieren?

Nadie parecía prestarle atención.

Lauire es quien tiene la bandera del desorden, ésta se encuentra encima de una chica, quién gateaba en el piso, la pelimorado cabalga y mueve un sombrero púrpura por los cielos con una sonrisa en sus labios.

Todos sudaban, saltaban, gritaban, reían, se rozaban... Mejor dicho, es la fiesta del año.

—¿Q-Qué...? ¿Qué es todo esto? —articula Milo a mi lado, moviendo sus ojos de un lado a otro.

Suelto una risita tímida.

—Bueno... Se supone que te haríamos una fiesta sorpresa, solo estaríamos los chicos, pero entonces Lauire invitó a casi todo el instituto, y pues...

Se vuelve a mi algo descontento.

—Paige, no me gustan las sorpresas, tampoco las fiestas... Creí —bufa—, creí que solo estaríamos nosotros dos en un lugar lejos de todo y todos.

—¡Y así será! Solo... Compartamos un momento aquí y luego nos largamos a un lugar mas privado —lo arrastro hasta la cocina—. Toma, bebe y relájate, después de todo es tu cumpleaños, la pasaremos genial.

Le guiño un ojo y le da un sorbo a su piña colada.

Por la puerta principal aparece Anton y el amigo de Milo, éstos traían consigo una cajita azul con un pequeño moño. Al ver a su alrededor quedan boquiabieros, lo ignoran cuando nos ven y se acercan con una gran sonrisa.

—¡Feliz cumple, Mil! —le abraza Damir y le entrega la caja—. Es nuestro regalo compartido.

Hadaway abre la cajita y sonríe, luego frunce las cejas divertido.

—Una... Torta... ¡mordida! —levanta las cejas—, vaya, que original, gracias.

—¡Oh, sí! Perdón —se rasca la nuca el moreno—, es que no me he aguantado y le he dado un mordisco, espero que no te moleste.

—No te preocupes, lo importante es el... —una chica le arrebata la torta de las manos y otros más agarran pedazos con la mano y se la llevan a la boca como animales—... Detalle —finaliza el pelinegro entre dientes.