🍒 Capítulo 27 | Ahogarse +18

10K 266 55
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


NICOLLE HADAWAY



Estaba en un rincón viendo como todos estaban reunidos pintando en un mural un gran florero al óleo, sonreían, se manchaban de pintura y compartían pinceles. Los maestros estaban detrás de ellos con las manos en sus mentones, criticando o ya sea ayudándoles en las mezclas, las técnicas y así.

Miro a mi costado, estaba una chica emo tecleando en su móvil rápidamente. Suspiro y dibujo pequeños trazos en la palma de mi mano para entretenerme un poco. Quería ir con ellos y enseñarles un poco de lo que sé, también quería reír con ellos, trazar la pintura y todo eso... Pero yo no podía, quería, pero no tenía las fuerzas que se requerirían para juntarme.

Tal vez les incomode mi presencia, me miren mal, me señalen, me digan palabras feas, me...

—Basta, Nicolle —susurro para mis adentros.

Cuando levanto la mirada se encuentra con los ojos amarillos de Jesse, quien sostenía una escalera para que una chica pudiera pintar en la cima las flores. Niega y le susurra algo a uno de nuestros compañeros para que sosteniera la escalera por él y se acerca.

—¿Por qué no vienes con nosotros? —coloca sus manos en sus caderas con las cejas fruncidas y luego mira a la chica que yace a mi lado—, hey, tu también, ¿pasa algo?

—Literalmente vine aquí para que mis padres no me atormentaran más con ir a la iglesia cristiana, no sé nada de arte, ¿bien? —responde de mala gana.

El chico suspira y luego me mira.

—Ya sabes el porqué, Jess —contesto antes de que pudiera decir algo.

Se sienta a mi lado.

—Dijiste que íbamos a hacer un cambio juntos, ¿qué pasó?

Me tomo las manos cabizbaja con un nudo en la garganta.

—Es que yo...

—Vamos, Nico, son muy amables, no se meterán contigo ni te harán nada malo, ¿a que le temes? —inquiere con voz suave.

—Nicolle, Jesse y compañía...

En mis oídos se presencia un chillido ensordecedor que no me deja escuchar lo otro que dice el instructor, las manos me sudan, la garganta se me seca y los ojos se me humedecen al sentir que todos tuercen sus cuellos para mirarme.

Siento pena, no quiero que nadie me vea, soy una tonta, no quiero llamar la atención. No es para tanto, no es para tanto. ¿Por qué no sólo dejaba el miedo e iba con ellos? ¿Por qué me aferraba a mantener distancia si tanto quería cambiar las cosas? Te están mirando, te miran mucho, te están atravesando con la mirada, no dejan de mirarte...

Cherry Flavoured [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora