🍒 Capítulo 38 | Sangre, Ira Y Cansancio

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MILO HADAWAY

Nos encontrábamos en el punto ciego, que no es nada más que un cuarto de lavado gigante que huele a jabón y menta, está repleto de lavadoras y productos de aseo, las cámaras están rotas y hay una única luz proveniente de un bombillo dañado. Todos saltan y gritan con emoción en un círculo, dejando un espacio considerable en el centro para los contrincantes.

Adriel se encontraba devorándole la boca a Delilah mientras me miraba por encima de su hombro, fruncido. Yo estaba siendo aconsejado por Charlie desde una esquina, mientras me coloco una cinta blanca alrededor de los nudillos.

—Y recuerda; sus partes débiles son el bazo y la barbilla. Le gusta alardear todo el tiempo para poner al contrincante nervioso, por tal, enfócate en hacerte el sordo y aprenderte sus movidas, ¿bien? —asiento sin verle—. Bien, una cosa más; es ambidiestro.

Me vuelvo a Charlie fruncido y pálido.

—No me jodas —mascullo—, ¿quieres decir que ya mismo puedo ir eligiendo ataúd?

Ríe.

—Tranquilo, tengo una idea un tanto sucia... —se acerca a mi oído—, en cuanto te vea sin fuerza y casi muerto llamo a seguridad.

Hago una línea con mis labios.

—Bien.

—En dos minutos empezamos —habla un hombre esquelético.

Me trueno los dedos y me siento en una barra cuando veo que Adriel empieza con la idea de rotarnos la comida a la hora de la cena como modo de apuesta. En ese descuido, la rubia se aleja de él y se posa a mi lado, tomándose las manos, nerviosa.

—¿Por qué haces esto? —lleva un mechón de cabello por detrás de su oreja—. Adriel te asesinará.

—Necesito sacar a Mack —termino de acomodar las vendas.

—No lo conseguirás —niega, cruzándose de brazos—, él tiene serios problemas con varios guardias, este lugar es corrupto cuando se lo disponen —posa su mano sobre la mía y levanto la mirada, fruncido—. Milo, no puedes simplemente hacer algo contra eso, es orden de arriba.

—Hay que intentarlo —me zafo de su agarre.

Resopla.

—Hablemos de lo otro que dijiste por si “ganabas” —hace comillas con los dedos, irónica—. Déjame decirte que no pienso permitirte llamarme puta, se lo dejo pasar a Adriel porque le temo, pero...

Cherry Flavoured [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora