Cherry Flavoured [Español]

🍒 Capítulo 39 | Debilidades

LAUIRE STHEFAN

La campana suena haciendo un ruido ensordecedor, me desplazo por los pasillos con atuendo púrpura y mallas negras, posters en mano y cara de pocos amigos.

—Gran fiesta en La Treinta y Ocho para celebrar mi ascenso a líder estudiantil —les planto las hojas en la cara.

Todos empiezan a gritar y mirarse con malicia al escuchar la palabra "fiesta", no dudan en divulgarlo con sus amigos quienes se emocionan de inmediato. Ruedo los ojos con una sonrisa desplazadome con mentón en alto, buen equilibro con mis plataformas grandes y desbordando seguridad a donde vaya.

—¿Estás segura que esto no es una estrategia para que simplemente voten por ti? —pregunta mi asistente, apurando el paso.

—Obvio que lo es. ¿Me estás diciendo que Astrid puede hacer reuniones ecológicas para atraer público y yo me tengo que quedar de brazos cruzados? -riego más invitaciones.

—Ya, pero, ¿una fiesta? —pregunta mi otro asistente.

—¡Y en ese bar de mala muerte!

—Escuché que venden drogas y demás —susurra mi compañera, algo asustada.

Ruedo los ojos.

—Eso es lo de menos, lo tengo todo perfectamente planeado, no tienen de que preocuparse —hago un ademán—. Sigan repartiendo volantes, iré a almorzar.

Estos asienten y se van como almas que lleva el diablo.

Marco al movil de Harold y me llevo el móvil a la oreja, reparando mis uñas.

—Buen día, berenjena exótica —contesta al segundo pitido.

—No me llames así —mascullo—. Como sea, hasta el momento he reunido un buen grupo de estudiantes, así que procura ambientar el lugar para la noche -relamo mis labios-. Y, por favor, nada de drogas, bebidas de colores, pastillas y esas mierdas, todo debe ser sano.

—¿Por quien me tomas? —sonríe—. Tranqui, todo está super por aquí. Los espero.

—Bien.

Me voy hasta la cafetería en donde se encuentran Anton, algo pensativo, Paige, quien lee un cómic y Mika, esta última con ojeras y aspecto de zombie.

—Deberías retocarte —me burlo y luego abro los ojo—. ¡Mierda! Olvidé que has perdido a tu madre. Lo siento mucho, mi más sentido pésame.

—Da igual —no me mira.

—Si, como sea —planto mis manos en el pupitre—. Chicos, necesito que busquen a alguien que sea super bueno para la tecnología, un programador o lo que sea, para llevar a cabo lo de la web, debo empezar a trabajar en mis propuestas lo más pronto posible.

Me siento. Aplaudo y un chico me trae la comida en su respectiva bandeja, sonrío ampliamente y bebo del sorbete, cuando levantando la mirada veo sus caras de estupefactos.

—¿Qué? —les miro atónitos.

—Pero aún no has ganado... —Anton.

—Es pan comido, querido —sonrío—. Devon puede que tenga a la tal Astrid, que tiene alta popularidad, pero no se compara conmigo, la aplastaremos, ¿no es así, Paige?