DAMIR TURNER
Yo debería estar muerto desde esa noche de octubre. Pero hoy cumplo veinticuatro, porque mi vida no terminó aquella vez que tomé siente tabletas de somníferos.
Ayer era mi única obligación, luego de haberlo planeado durante mucho tiempo, no pude.
Hoy, frente al pastel, sin saber qué cara poner, les veo tan felices cantandome el cumpleaños. Por ellos estoy haciendo este esfuerzo sobre humano de no intentarlo de nuevo, porque no me perdonaría verlos tristes por mi culpa.
Llevo un vacío adentro que aunque podría, no lo sabría explicar. No quiero llenarlo con nada, estoy cansado de intentarlo.
Todos aplauden y yo intento mantenerme sonriente, para mostrarme agradecido. No me importa en lo absoluto celebrarlo, pero a ellos le parece algo por lo cual merece la pena reunirse y disfrutar.
—Gracias, gracias... —abrazo sin ganas a unos cuantos que se me acercan.
—¡Dam, ya llegaron tus amigos! ¿Seguro que quieres irte a pesar la noche con ellos? —pregunta mi tío.
—Sí. Celebraremos en otra parte...
—Bien. Deja el móvil, despejate un rato, ¿Quieres? —me ofrece ponche de frutas.
Sonrío falso.
—Sí, cómo sea.
Me dirijo hacia la salida y me despido con las manos, para luego cerrar la puerta, recalacarme en ella y liberar un suspiro. Saco el móvil y me dirijo hacia el auto de Harold, quien se encuentra parqueado frente al jardín.
—¡Feliz cumpleaños a mi niño zombie favorito! —exclama Harold, haciendo sonar la bocina repetidas veces.
Me avergüenzo de lo que dirían los vecinos.
—Ya, ¿Estás loco?
—24 no sé cumplen todos los días, amigo —me abraza fuertemente.
Ruedo los ojos.
—Gracias por venir.
—Feliz cumple de mi parte y de Nico también —dice Milo.
Le sonrío, en forma de agradecimiento. Subo al auto y el pelinegro me tiende un lienzo de pintura.
—Nicolle, ¿no? —admiro lo precioso que dibuja.
—Sí. Pasó meses pintando eso, exclusivamente para ti. Bueno, también me doy créditos porque robé para consegir la pintura —me guiña un ojo, sonriente.
Niego, agradecido.
—¿Adónde vamos? —miro a Harold.
—A dónde nos lleve este papurro, brother —arranca haciendo arder las calles.
Milo sonríe.
Me mantengo detrás, en mi móvil. Mientras ellos conversan de cualquier cosa y fuman como hippies.
—Ya sé, pero necesito concejos, ¿me entiendes? No sé cómo proceder, es algo complicada —dice Milo, tenso.
ESTÁS LEYENDO
Cherry Flavoured [Español]
Teen FictionMalboro rojo, vino caro, vídeo juegos y groserías, básicamente esa es la vida de Milo Hadaway; el crush de mi prima. Su idealización y obsesión es tan grande que me pidió ayuda para conquistarlo aún y cuando el " cara de vírgen" no la quiere ver ni...