Legado oscuro ~ [ Sterek ]

Capítulo 24.

Derek tenía a Stiles entre sus brazos y es que después de haber gastado tanta energía su cuerpo no lo resistió más, entrando en un profundo sueño.

Noah fue rápido y llegó hasta donde su hijo, tomando su rostro de forma tan frágil, igual que una vajilla de porcelana. El castaño se veía un poco pálido, pero nada como dormir y comer no le vendría para nada mal.

Un poco alejados de ellos Theo veía como la herida en el pecho de Liam se cerraba por completo y como la sangre dejaba de salir de la boca del menor. No pudo evitar acariciar el rostro del rubio y soltar una pequeña sonrisa.

—Fuiste tan valiente, cariño — siguió acariciándolo.

Peter veía toda la escena, desde el pequeño beta hasta su sobrino con su hijastro en brazos, él bien sabía que no iban a poder ocultar esto, era lo más obvio.

—Creo que tiene mucho que explicar, Peter — Cora se puso al lado suyo —. Usted también Sheriff, ninguno de los dos se va a escapar de esto.

Noah no pudo evitar suspirar, ya no había forma de mentirles y todo por esos malditos bastardos.

—Les explicaré todo lo que necesiten — el resto de la manada lo vió —, pero solo cuando Stiles despierte, solo en ese momento.

Y fue más que suficiente para dar por terminada no solo la conversación, sino también quedarse en ese claro. No debían preocuparse por el "cuerpo" ni siquiera cenizas quedaron.

Melissa estaba en la cancha junto con las demás personas, ayudándoles a curar sus heridas, milagrosamente nadie murió esa noche y eso era lo que más temía.

—Noah me acaba de llamar — Chris se acercó a la mujer —. Dice que tenemos que ir a su casa en unos minutos.

—¿No te dio razón alguna? — le preguntó al cazador.

—Si papá nos quiere allá, es por dos cosas — Jordan se acercó a ambos mayores —. La primera es que te necesite por si Stiles está herido, su curación no es la más rápida de todas. Y la segunda es que la manada descubrió algo — Melissa y Chris se miraron.

Al terminar de verse los dos asintieron y se dispusieron a ayudar mas rápido a los heridos restantes.

—Ya una vez un maldito lobo me quitó a la mujer que amó — habló con ira un sujeto entre los demás —, no dejaré que ahora sea un estúpido cazador de pacotilla me haga lo mismo.

El desconocido estaba tan metido en su odio al otro que no se percató que fue escuchado por alguien más a sus espaldas.