Capítulo 37.

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El tiempo pasaba más rápido de lo esperado y la luna ya estaba presente, solo unas cuantas horas más y la luz rojiza bañara el cielo nocturno. Tanto Lydia, como Stiles fueron escoltados a otra recámara, fueron vestidos acordé al ritual.

La gran puerta hizo un ruido desagradable al ser abierta y de ella entró una mujer, no muy alta, de cabellos castaños y una piel Nívea, pero aún así con la apariencia de un mismo ser de luz se encontraba un aura de muerte y oscuridad. Sus ojos castaños iguales a los de Stiles no tenían ese brillo, ni mucho menos brindaban paz y serenidad.

—Después de tantos años al fin nos hemos reunido, hijo.

El castaño sintió un hormigueo en su cuerpo al escuchar la voz de esa mujer. La había escuchado unas cuantas veces en el cortó tiempo que estuvieron juntos.

—No me digas así, Claudia —el nombre salió prácticamente rechinando por la presión que ejerció en su dientes—. Perdiste ese derecho desde el minuto uno en que planeaste todo ésto.

Lydia veía la interacción de ambos castaños, el parecido era tan grande, ahora entendía el poco parentesco con Noah. Y es que eran básicamente dos gotas de agua.

—Tan encantador —forzó una risa—, igual al inepto de tu padre.

Stiles tomó lo primero que su mano pudo agarrar y lanzó directo a la cabeza de aquélla despiadada. El objeto quedó suspendido justo frente a su rostro y luego se volvió polvo.

—Pero esa destreza y forma de actuar es mía —ahora sí que dio una gran sonrisa—. Es imposible negarlo.

—Sigue creyendo lo que quieras bruja —ataca Stiles—. Morirás quemada por las llamas del infierno y lo disfrutaré tanto que hasta palomitas voy a llevar.

Sus palabras lograron molestar un poco a Claudia, al instante se calmó y cambió su mirada a la pelirroja que se encontraba al lado de su hijo.

—Es un honor tener a tan increíble ser delante de mí —hizo una reverencia al hablar—. Las Banshees son seres extraordinarios, capaces de cosas que ni siquiera la magia puede hacer.

Se acercó más a Lydia y Stiles la colocó detrás suyo para que no llegará hasta ella.

—Da un paso más y te reviento la cabeza.

—No tienes que ser tan grosero, cariño y mucho menos con tu madre.

Una potente risa salió del castaño, desconcertando la un poco «están igual de locos», pensó en su interior.

—Ahora lárgate de aquí y déjanos ir.

—Me temo que eso no sucederá —en la palma de su mano apareció un antiguo reloj—. Sólo queda una hora para el ritual

Movió sus manos y el reloj desapareció, con ello acarició el rostro de Stiles y salió de la habitación.

—Recuerda lo que te dije, Lydia —llamó la atención de la Banshee.

Ella lo vió y hizo memoria de lo que hace unos minutos le había dicho.

—Aun sigo creyendo que es muy arriesgado —algo le decía que nada bueno iba a salir con eso—. No crees que deberíamos discutirlo con la manada cuando ya.

—¡No! —su gritó fue demasiado fuerte, logrando asustar a la chica—. Lo siento, no debí gritarte —se disculpó—, pero es la única solución y los riesgos no me importan.

No le quedaba de otra más que aceptar lo que Stiles le había dicho, por más que le doliera debían llevar todo de principio a fin y acabar de una vez por todas con el reinado de oscuridad de esa bruja.

Legado oscuro ~ [ Sterek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora