Legado oscuro ~ [ Sterek ]

Capítulo 26.

Liam fue abriendo los ojos lentamente, la luz que entraba por las ventanas lo aturdieron un poco. Ya adaptado a la luz de la mañana se dio cuenta que no estaba en su habitación.

De repente pequeños flashes de la noche anterior comenzaron a llegar, desde su charla con el castaño, el ataqué de los híbridos y por último a él al borde de la muerte, acompañado de unos ojos brillantes con una voz distorsionada. Se levantó tan rápido que no se había dado cuenta de que a su lado estaba durmiendo Theo.

—¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Te encuentras bien?

la Quimera al no esperar tal acción sus sentimientos se pusieron alerta, tanto el lobo como el coyote en su interior se despertaron y buscaron el "peligro" que estaba sufriendo su pareja.

Theo al darse cuenta que no era nada se fijó en Liam y sin que él otro lo esperará se abalanzó sobre el rubio y comenzó a darle pequeños besos en todo su rostro.

—Ya quítate, Theo —el menor trataba de quitarse a su empalagoso novio—. Te apesta la boca.

Al mencionado no le importó y siguió con su lluvía de besos.

—No, tengo que llenarte de besos, amor —continuó dejando besos hasta que llegó a la marca.

Liam no se acordaba de que Theo lo había marcado y apenas el chico rozo con la sombra de su barba ese lugar en específico, sacando un pequeño gemido del beta. Se apartó del cuello del rubio y se quedó viendo los hermosos ojos azules de su dulce novio.

—Pensé que te había perdido —unas lágrimas traicioneras salieron de sus ojos—. Si eso pasaba mi mundo se derrumbaría.

Liam era el único que conocía ese lado en Theo, solo él tenía la suerte de verlo de esa forma y era lo que más le dolía. La Quimera vivió una infancia y parte de su adolescencia sufriendo, nadie, nadie se merece pasar por algo parecido.

—Estoy aquí —acarició la mejilla, sintiendo el raspe de la barba—. Y no me voy a ir de tu lado.

Esas palabras fueron suficientes para calmar al otro y fundirse en un tierno beso. Sus bocas estaban sincronizadas ya de tantos que se habían dado, Theo llevó su mano a la marca y la sobo, Liam dió un pequeño salto y separó sus labios.

El mayor veía con admiración los gestos que hacía el menor, eran simplemente excitantes y debía agradecer a su buen autocontrol, porque de no tenerlo ya estaría devorando al pequeño beta de la manada.

—Te marqué —soltó de repente.

Liam abrió sus ojos rápidamente y dirigió su mano a su cuello, sintiendo la cicatriz de los dientes de Theo y un poco de picor.

—Era la única forma de...de que no murieras —unió sus manos —. Se que dijimos que sería después de que terminarás la preparatoria, pero era eso o... dejarte ir.

Esos hermosos ojos azules se llenaron de lágrimas, no podía creer tener la marca de Theo en él. Allí se dió cuenta de cuánto lo ama ese chico y que si en verdad se va de su lado estaría completamente devastado.

—No, no llores por favor —el mayor se asustó al ver lágrimas en el rostro del menor.

Sin que Theo pudiera decir más nada Liam se tiró sobre él y esta vez el mayor era quien recibía esa lluvía de besos en su rostro.