Legado oscuro ~ [ Sterek ]

Capítulo 29.

Después de todo fuera contado la manada junto con Argent, Stilinski y el resto empezaron a entrenar, ya que según las propias palabras del castaño su madre muy seguramente ya tenía conocimiento de que se le había revelado todo a la manada. Algo que había pasado era el acercamiento del Druida a la manada, quien antes solo les hablaba cuando tenía que darles alguna información o que ellos lo buscarán por si tenían alguna duda que ni Derek, ni Peter sabían; aunque no era siempre, ya que gracias a los entrenamientos y pruebas que Thalia les hacía aprendieron mucho del mundo sobrenatural.

De todas formas, ese acercamiento no les estaba gustando y mucho menos a los dos Stilinski mayores y Hale, los cuatro trataban de mantener lo más alejado posible a Stiles de Alan, si ese sujeto era aliado de la madre del castaño lo mas seguro es que se aprovechará de cualquier descuido y podría llevarlo al lugar donde se encontraba la peor de todas las oscuridades. Toda esa protección estaba generando molestia en Stiles, se suponía que ya había quedado la sobreprotección de su padre y su hermano atrás, como para que se cuadruplicara con la unión de los Hale.

Por otra parte Scott, aún se sentía confundido, él creía que todos estaban juzgando al veterinario sin tener pruebas, pero algo en su interior, tal vez su lobo o su conciencia, incluso ambas le decían que no debía confiar más en el hombre y que dejara de tener la cabeza metida en el culo. La relación suya con Stiles se encontraba pendiendo de un hilo y con cualquier acción podría terminar de romperse, eso estaba seguro.

Justo ahora estaban en las ruinas de la mansión Hale, ya era lo habitual estar allí después de clases, pero siempre bajo un domo creado por Stiles para que nadie los pudiera ver por si es que llegaran a pasar otros habitantes del pueblo o el mismo Deaton. Todos veían al castaño sentado en medio del lugar con los ojos cerrados, sus manos apoyadas en las piernas y en completa calma. Ellos no entendían bien lo que estaba haciendo aún después de que él mismo les explicara.

—Se está conectando con el bosque —la pelirroja habló de la nada.

—¿Cómo lo sabes? —el de rulos preguntó sin apartar la mirada de Stiles.

—Fue lo que nos dijo antes de llegar aquí —parecía estar en trance—. Siento toda la energía que se desprende de su cuerpo.

Derek se asustó apenas Lydia dijo eso, si ella sentía el poder del castaño eso quería decir que Deaton o cualquier otro sobrenatural con esas habilidades también podría hacerlo.

—Puedo escuchar desde aquí los engranajes de tu cerebro pensando, Derek —se escuchó la voz de Stiles—. Para eso es el domo, no solo para hacernos invisibles, sino también para que nada que esté en su interior salga, solo cuando este se retire se irán juntos.

Eso calmó al resto, porque todos habían pensado lo mismo que el moreno.

Stiles dejó de prestar atención a la manada y se centró en la energía del bosque de Beacon Hills, si quería unirse a ella debía de liberar la suya para que así el proceso de unión fuera exitoso. Poco a poco ambas comenzaron a unirse hasta ser una sola, fue en ese momento que flashes llegaron a su mente, eran todos los recuerdos que el bosque tenía guardado en su interior, la naturaleza era celosa con lo que retenía, pero si eres capaz de demostrarle que eres digno no solo podrías tener ayuda de esta, también podrías ser uno solo y ver lo que ella veía, lo que sentía y lo que había en ella.

Desde el nacimiento de una flor hasta su muerte, era lo que el bosque le estaba mostrando, todo era hermoso y único. El inició de la vida y el fin de la misma, no había espectáculo más grande que este, nada podía compararse con ellos.

Y fue allí cuando algo horrible, trágico y vil empezó a materializarse en su mente, el día en que partió de Beacon para después de eso ser transportado a la antigua mansión Hale, veía como algunos cazadores del clan Argent esparcían gasolina en los alrededores de la gran casa. Podía escuchar el llanto de los niños y la angustia de los adultos que estaban allí dentro, por más que trató de moverse y gritar para detener lo que estaban haciendo esos monstruos era imposible, su cara había empezado a empaparse por las lágrimas y la frustración que le generaba el no poder hacer nada.