No lograba respirar, se me hacía realmente difícil. Mis pulmones se quedaban sin aire de a poco provocando que respirara descontroladamente en busca de oxígeno, pero en este momento se me es imposible.
No sé qué es este lugar. Me hallaba en una habitación, parecía vieja, sucia. Las paredes eran de un color gris, aunque me guste el gris este era algo… feo.
No hay nada aquí, ni una maldita silla, nada.
Aunque eso no era lo que verdaderamente me importaba en este momento…
La puerta en frente mío estaba cerrada, y por la ventana no ingresaba casi nada de aire, ya que estas tenían pedazos de madera logrando que la luz no iluminara ninguna parte de la habitación, dejando todo a oscuras. Excepto por la lámpara que se hallaba a mi lado, solo que esta no iluminaba casi nada.
No conseguía mirar mis manos, ya que estas estaban atadas por detrás de mi espalda con una cuerda gruesa que apretaba fuertemente mis muñecas, seguro quedarían con una marca alrededor de ellas.
También agreguemos que mi boca estaba tapada por un pañuelo lo cual me dificultaba más respirar, si me costaba respirar por la nariz, obviamente no podría por la boca.
Aun no entiendo la razón por la que estoy aquí, nunca he estado en este lugar. Tampoco entendía lo de mis muñecas atadas… todo esto era muy extraño, demasiado.
Apoyé mi cabeza entre mis piernas, raramente estas no estaban atadas.
Si pudiera, haría una lista completa de las cosas que no lograba entender en este instante. Pero igualmente no obtendría solución a eso.
Mi pecho subía y bajaba. Pronto llegaría el momento en que mis pulmones ya no servirían si no hallaba aire…
Cerré los ojos fuertemente pero los abrí de inmediato al escuchar la puerta abrirse de golpe haciendo que el ruido resonara por toda la habitación y me sobresaltara de la sorpresa.
Gracias a la maldita lámpara no lograba visualizar claramente quien era el que había entrado pero lo único que podía ver es a esa persona correr hacia mí. Pero a los segundos dejó de correr, ya que se quedó parado y segundos después cayó al suelo a unos pasos de mí…
Sus ojos se encontraron con los míos y… no puede ser.
Reconocería esos ojos cafés en cualquier lugar.
Pero no pude fijar mi vista en sus ojos por mucho tiempo. Horrorizada observaba todo el rostro de Ian, tenía moretones por todos lados, sangre salía por su labio inferior, ceja y tenía una corte en su frente que no dejaba de derramar sangre por el contorno de su rostro.
La poca luz que había me permitía verlo, se veía… destrozado. No podía creer que le hicieran eso, en realidad no tenía ni idea de quien lo ha hecho.
Al parecer no le importaba la forma en que lo miraba, porque él me miraba igual o peor, aunque no entendía la razón…
Se escucharon los pasos de personas y luego aparecieron dos hombres. Uno de ellos desató la soga que rodeaba mis manos y tiró de mis brazos hacia atrás con fuerza, arrastrándome hacia la otra punta de la habitación, alejándome de Ian…
No dejé que me siguiera arrastrando, ya que forcejee para que me soltara y poder llegar hacia Ian. Hasta que vi algo que hizo que las lágrimas se formaran y gritara.
El otro hombre se lanzó encima de Ian, lo agarro de la camisa y comenzó a golpearlo sin parar en el rostro.
Él no se defendía.
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The Black Girl
Teen FictionEs increíble la manera en la que toda tu vida se desvanece frente a tus ojos, tus padres, familia... como te desvaneces tu misma al saber que estas sola en el mundo. Que nadie comparte nada contigo. Es tan duro ser fría y distante con las personas...