No volví, no pienso volver a ese infierno, al menos no hoy.
De regreso a casa, siento mi célular vibrar en mi chaqueta. Veo quien se digna a llamar a las... 7:55 am. Es mi jefa, ah olvidé mencionar que tengo un pequeño trabajo, soy mesera en un local de comida rápida, no es mucho lo que gano ahí pero lo menos que puedo hacer para sobrevivir ya que la herencia de mis padres y la de mi abuelo me ayudan a pagar mi casa y el maldito colegio.
Es muy raro que ella me llame, nunca le dí mi número, ah cierto, cuando me hizo llenar el formulario para trabajar me obligó a escribir mi número en caso de emergencia.
Atiendo y coloco el célular en mi oreja:
Yo: ¿Si?
Jefa: ¿Jane? Soy Margaret, ¿Podrías hacerme un favor?
Yo: ¿Qué pasa?
Margaret: ¿Te molestaría si vienes al local a trabajar hasta la tarde?
Yo: ¿Comenzar a esta hora?
Margaret: Se que es demasiado temprano, pero las meseras que atienden a esta hora no tienen tiempo para trabajar, ¿Puedes?
Yo: Si, estoy allí en 5 minutos.
Margaret: Gracias linda, te espero aquí.
Bufé y colgué. Margaret era muy amable y yo demasiado dura con ella, pero no podía cambiar mi actitud con ella, tendrá que soportarme así. La verdad que nunca se quejó de mi actitud hasta ahora, no me comunicaba mucho con ella, siempre era puntual a la hora de llegar a lo cual ella nunca tuvo motivo para reprocharme de algo. Hace 3 meses que trabajo allí, muchas de las meseras que también trabajaban a la misma hora que yo, trataban de entablar una conversación conmigo y hacerce mis amigas, pero yo no quería eso, no quería encariñarme con nadie por más buena que sea esa persona conmigo.
El local estaba a tan solo 2 cuadras del colegio, lo cual me facilitaba en la caminata. Caminé hacia allí, abrí la puerta y me encontré a Margaret como loca tratando de anotar todos los pedidos del monton de gente que había sentada con el deseo de tener un delicioso desayuno.
Me acerqué a ella y toqué su hombro para prestar su atención, pero al recibir el tacto de mis dedos en su hombro se sobresalto tanto que apuesto que se asustó, se dió la vuelta y me miro horrorizada al principio pero luego la tranquilidad se reflejó en sus ojos.
-Hay Jane-se llevó una mano al corazón-Me asustaste.
-Lo siento Margaret-susurré para mí misma pero se ve que igual me escuchó.
-No importa linda-suspiró con cansancio pero su tranquilidad no duró mucho-¡¿Pero qué te ocurrió en la cara?!
-Una pelea, nada más.
-Pero... ¿Estas Bien?
-Si, estoy bien.
-Bien, vé a desinfectarte la herida y luego ¿Podrías atender las mesas, por favor?
-No hay problema.
-Y Jane, gracias, te daré un aúmento.
Asentí, me alejé y fuí al baño. Colocaba alcohol de a poco en mi rostro, dolía mucho, pero podía aguantarlo.
Dios, ¡¿Qué tiene Katerin en las uñas?! ¡¿Cuchillos?! Me miré en el espejo, tenía cuatro líneas marcadas como si fueran cicatrices en la parte izquierda de mi cara, algún día de estos la mataré y estoy segura que el final no será nada normal.
Luego rodeé el mostrador, agarré la libreta y la lápicera, y comenzé a atender.
Trataré de ser al menos un poco amable con Margaret, ella no merece mi amargura.
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The Black Girl
Fiksi RemajaEs increíble la manera en la que toda tu vida se desvanece frente a tus ojos, tus padres, familia... como te desvaneces tu misma al saber que estas sola en el mundo. Que nadie comparte nada contigo. Es tan duro ser fría y distante con las personas...