Ya ha pasado una semana. Una maldita semana llena de dolores, golpes, más del sufrimiento que creía capaz de soportar. Me sentía débil, frágil. No tenía una descripción específica de que como me sientia en este momento. Moretones son los que marcan mi pálida piel. Los cortes profundos provocaron que la sangre se esparciera alrededor de mis brazos y rostro. Mi cuerpo duele y arde como el infierno al producir esas heridas sobre él. No sé con exactitud por qué sigo aquí. No tenía la suficiente fuerza para luchar.
Me encuentro sentada en el suelo como hago diariamente, sola...
Jake ya no está conmigo, lo han separado de mí. No sé nada de él, ni de Ian...
Y si se preguntarán... no, aún no sé quién diablos es el hijo de Michael. Y sí, ese es su nombre, no me quiso decir su apellido. Es la única información que pude obtener de él. Me molesta que no pueda saber nada de la situación. La razón por la que hace lo que hace. La razón por la que aún sigo aquí. La razón de todos sus golpes y maltratos hacia mí. En parte es mi culpa por desafiarlo y enfadarlo, esa es la única manera de hacerle saber que no soy débil aunque sé que me estoy mintiéndome a mí misma y que él lo sabe.
Nunca he podido competir contra su inteligencia. Él es más inteligente de lo que aparenta y cree. Millones de planes y soluciones puede armar en su mente a lo largo de unos segundos. Él sabe lo que hace, a la perfección y sin dudar de cada paso que da. Solo que él usa su inteligencia de la forma equivocada, la usa para el mal. Podría hacer miles de proyectos para el mundo. Sería una lástima ver todos los daños que puede disponer en su mente.
Es increíble lo frágil que me he vuelto con el tiempo. Ya no tengo fuerzas para seguir. Es justo en este momento en el que me arrepiento enormemente de vivir. Todo hubiera sido más fácil. Las personas que más quiero en la vida seguirían viviendo como se lo merecen, sin soportar a una odiosa chica como yo. No habría tanto dolor ni sufrimiento. Prefiero estar muerta a que vivir con esto. Todo esto es demasiado para mí. No sé si soy capaz de soportar más cada minuto del día.
Dejé de mirar hacia la nada al escuchar la madera de la puerta crujir al ser abierta. Miro hacia adelante y me encuentro a Bryan, el rubio. Él se acerca a mí lentamente y me agarra del brazo suavemente como si fuera una muñeca de porcelana, que en al cualquier momento se rompería en mil pedazos. Empuja mi brazo hacia adelante para que pueda levantarme, pero mi cuerpo no responde. No encuentro las fuerzas suficientes para al menos realizar algún movimiento.
Bryan suspira cansado y sin que me dé cuenta ya me hallaba parada al lado suyo-Pareces muerta...-susurra mientras coloca una mano en mi espalda para que pueda caminar.
-Desearía estarlo-digo sin pensarlo, cierro los ojos con fuerza y los abro nuevamente al darme cuenta que él tampoco se mueve. Giro apenas la cabeza y me encuentro con sus claros ojos mirándome fijamente, notando en ellos el destello de tristeza al verme. Seguro debo estar hecha un asco.
No he dormido ninguno de estos días, apuesto a que tengo unas enormes ojeras negras. No he comido, me he negado a probar tan solo un bocado de la asquerosa comida que me ofrecían. Algunas veces me obligaban, pero de tan solo sentir el feo gusto en mi boca, lo escupía y ahí venían los golpes...
Con gran esfuerzo logré bajar las escaleras lentamente. Pero al ver lo que se encontraba en la mesa, me tensé, haciendo que Bryan dejara de caminar para mirarme-Debes comer, Jane.
-No quiero-dije cortante, tensando la mandíbula a más no poder.
-Vamos, debes alimentarte-dice incentivándome a comer-Lo que te doy por las noches no es nada en comparación a lo que debes comer por día-susurra para que nadie en la casa lo escuche.
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The Black Girl
Fiksi RemajaEs increíble la manera en la que toda tu vida se desvanece frente a tus ojos, tus padres, familia... como te desvaneces tu misma al saber que estas sola en el mundo. Que nadie comparte nada contigo. Es tan duro ser fría y distante con las personas...