El timbre de la casa sonó haciendo que tapara mis oídos con mis manos y gruñera. ¡Dios! ¡¿Quién viene a estas horas de la noche?! Bah, ni si quiera sé qué hora es.
Trato de ignorar al idiota que toca la puerta, pero sigue haciéndolo repetidas veces.
-Ya voy-digo levantándome del suelo, olvidé lo duro que es este, me duele la espalda demasiado…
Pero aunque lo haya dicho, siguen tocando el maldito timbre. ¡Dios, me van a romper los malditos tímpanos!
-¡Ya voy!-grité pero estos no cesaban.
-¡QUE YA VOY, MIERDA!
Abrí la maldita puerta y… ¡Miren lo que trajo el viento! Señoras y señores… Ian Idiota Reidfor.
-¡Black Girl!-exclamó con una botella de Vodka en su mano, se tiró a mis brazos y me estrujó fuertemente.
¿A este qué bicho le pico?
Lo empujé y arrugué la nariz al oler el aroma a Vodka en su ropa.
-¡Dios! ¿Cuánto tomaste?-pregunté mirando cómo se tambaleaba.
-¡Qué sé yo!-gritó feliz.
Y ahora la pregunta del millón…
-¿Por qué mierda estas aquí?
-¿Qué? ¿No puedo visitar a mi dulcecito?-tocó con su maldito dedo índice la punta de mi nariz haciendo que cerrara los ojos de golpe.
Ok, esto es DEMASIADO raro…
Esperen… ¿Dijo “Dulcecito”?
-¿Qué mierda dijiste, idiota?
-Baja los humos, baby.
-Ya que estas borracho… ¿Puedo golpearte? Total no recordaras nada al despertar-le dije con voz angelical y sonriendo falsamente.
-Prefiero algo mejor que eso…-dijo acercándose y mirando mis labios con deseo.
Reaccionando, di pasos hacia atrás mientras él avanzaba cada vez más.
¡Maldita Mierda! Mi espalda chocó contra la pared, él me acorralo colocando sus brazos a los costados de mi cabeza.
Maldita sea…-susurré.
Ian iba acercándose de a poco a mi rostro pero con total facilidad escapé por debajo de sus brazos.
-¡Vamos, Black Girl!-se giró hacia mí.
-Sigue soñando, Reidfor.
Él por primera vez, miro con detenimiento la sala.
-¿Qué paso acá? ¿Un elefante tiro todo?
¿Me dijo “elefante”? lo mataría.
-¿Me dijiste elefante?-pregunté enojada.
-¿Fuiste tú?-preguntó incrédulo.
-No, mi vecina-respondí con ironía.
-¿Por qué?
-No te interesa.
-“No te interesa”-imitó mi voz, solté una carcajada, pero luego volví a la seriedad.
-¿Puedes dejar de ser un idiota solo por un segundo en tu vida?
-Nop.
-¡Agh!
-¿Puedo dormir aquí?-ni soñando.
-Claro… que no.
-Por favor-hizo puchero.
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The Black Girl
JugendliteraturEs increíble la manera en la que toda tu vida se desvanece frente a tus ojos, tus padres, familia... como te desvaneces tu misma al saber que estas sola en el mundo. Que nadie comparte nada contigo. Es tan duro ser fría y distante con las personas...