Capítulo 9 "Ian Reidfor, me has salvado"

102 8 1
                                    

El timbre de la casa sonó haciendo que tapara mis oídos con mis manos y gruñera. ¡Dios! ¡¿Quién viene a estas horas de la noche?! Bah, ni si quiera sé qué hora es.

Trato de ignorar al idiota que toca la puerta, pero sigue haciéndolo repetidas veces.

-Ya voy-digo levantándome del suelo, olvidé lo duro que es este, me duele la espalda demasiado…

Pero aunque lo haya dicho, siguen tocando el maldito timbre. ¡Dios, me van a romper los malditos tímpanos!

-¡Ya voy!-grité pero estos no cesaban.

-¡QUE YA VOY, MIERDA!

Abrí la maldita puerta y… ¡Miren lo que trajo el viento! Señoras y señores… Ian Idiota Reidfor.

Black Girl!-exclamó con una botella de Vodka en su mano, se tiró a mis brazos y me estrujó fuertemente.

¿A este qué bicho le pico?

Lo empujé y arrugué la nariz al oler el aroma a Vodka en su ropa.

-¡Dios! ¿Cuánto tomaste?-pregunté mirando cómo se tambaleaba.

-¡Qué sé yo!-gritó feliz.

Y ahora la pregunta del millón…

-¿Por qué mierda estas aquí?

-¿Qué? ¿No puedo visitar a mi dulcecito?-tocó con su maldito dedo índice la punta de mi nariz haciendo que cerrara los ojos de golpe.

Ok, esto es DEMASIADO raro…

Esperen… ¿Dijo “Dulcecito”?

-¿Qué mierda dijiste, idiota?

-Baja los humos, baby.

-Ya que estas borracho… ¿Puedo golpearte? Total no recordaras nada al despertar-le dije con voz angelical y sonriendo falsamente.

-Prefiero algo mejor que eso…-dijo acercándose y mirando mis labios con deseo.

Reaccionando, di pasos hacia atrás mientras él avanzaba cada vez más.

¡Maldita Mierda! Mi espalda chocó contra la pared, él me acorralo colocando sus brazos a los costados de mi cabeza.

Maldita sea…-susurré.

Ian iba acercándose de a poco a mi rostro pero con total facilidad escapé por debajo de sus brazos.

-¡Vamos, Black Girl!-se giró hacia mí.

-Sigue soñando, Reidfor.

Él por primera vez, miro con detenimiento la sala.

-¿Qué paso acá? ¿Un elefante tiro todo?

¿Me dijo “elefante”? lo mataría.

-¿Me dijiste elefante?-pregunté enojada.

-¿Fuiste tú?-preguntó incrédulo.

-No, mi vecina-respondí con ironía.

-¿Por qué?

-No te interesa.

-“No te interesa”-imitó mi voz, solté una carcajada, pero luego volví a la seriedad.

-¿Puedes dejar de ser un idiota solo por un segundo en tu vida?

-Nop.

-¡Agh!

-¿Puedo dormir aquí?-ni soñando.

-Claro… que no.

-Por favor-hizo puchero.

The Black GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora